Necesitaríamos cada día una serie de SIETE números del uno al seis -se pueden repetir cifras –Ej: 2451223–. Sin pensártelo demasiado, los primeros que te vengan a la cabeza.
Pero esto me parece tremendamente difícil de lograr
pues escribir siete números sin pensarlo (demasiado) me resulta imposible,
así que he escrito el siguiente programa para obtener 7 dígitos
del 1 al 6 sin pensarlo en absoluto… aunque no es lo mismo, lo sé.
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Tengo ganas de escribir un artículo largo sobre por qué no me acaba de convencer Podemos como partido político, pero tal como lo están haciendo los otros dos partidos que ahora nos están gobernando (PP gobierno y PSOE oposición complaciente), estoy por pensármelo aunque sea por aquello del voto útil derivado de la aplicación de la ley D’Hont.
En estos días 2 leyes están viendo la luz que cercenan de manera definitiva nuestra libertad. Este país se seguirá llamando democracia porque en caso contrario sería expulsado de la Unión Europea, pero la realidad es que una democracia de un estado de derecho debe garantizar unas libertades que estas leyes no permiten.
La libertad de prensa y documentación de abusos policiales, que se producen, sí, se producen, es necesaria. Pero la prensa no es solo la que era, ahora, en la Internet 2.0, el lector y el reportero (quien reporta) se confunden en muchas ocasiones, así que la siguiente ley, la mal llamada LPI, que no ha sido gestada para proteger los derechos de los trabajadores del sector creativo, ni Intelectual, sino los derechos de propiedades Privadas (LPP), la LPI, repito, viene a hacer que, además de no poder registrar lo que ocurre (por la ley mordaza), tampoco se pueda distribuir la información disponible sin permiso (por LPI).
Es un par de leyes que forman una tenaza terrible sobre la libertad de expresión. Se está blindando el sistema hasta el punto en el que podrán afirmar sin ser contradichos que estamos saliendo de la crisis… y vuelvan a ganar las elecciones. Al fin y al cabo, el verdadero problema es que a «la gente» le preocupa más su comida que la forma en la que lo obtiene.
En cuanto al primer punto, está mal formulado: si Podemos ganase las elecciones, no se iría el capital que ahora se va, que también, sino que las grandes empresas amenazarían con llevarse el capital invertido en infraestructuras productivas, lo que llevaría al país a la inviabilidad de las propuestas naïf de este partido, así que acabarían por capitular ante la imposibilidad (en un mundo globalizado) de cerrar las fronteras de España, una grande y nunca libre, para evitar que se vayan a otra parte a trabajar.
Esto cada vez tiene peor pinta. Sé que lo miro mal porque estoy pasando un época personalmente difícil desde el punto de vista económico-existencial, pero algunas cosas son más objetivas de lo que parecen. Me siento cercano a 1932 en Alemania… y mucho más lejos de un (imperfecto) 1932 en España.
Por cierto, un comentarista en un foro de uno de esos periódicos que ha deseado que se instaure la Puta LPI formulaba una pregunta muy inteligente:
¿Alguno de los que ha sacado esta ley adelante ha pensado que puede ocurrir que gane Podemos en las próximas elecciones y que las leyes en cuestión seguirán vigentes? ¿No les preocupaba la deriva Chavista de ese partido? ¿No les están allanando el terreno? De nuevo, volvemos a ver que entre Hitler y Stalin había menos diferencias de las que parecía.
Amiga Aída, hazme un hueco en Hamburgo… que el frío no puede ser tan grave como este hielo de país en el que las moléculas no se mueven, porque en caso de hacerlo, van a bullir.
Cada día siento que me parezco más a Sheldon Cooper, lo que no sé si es preocupante o divertido.
Hoy he recortado este pedacito de la serie The Big Bang Theory para compartirlo. Me encantan sus argumentos que, con cierta ternura, le acaban llevando a situaciones casi diría románticas.
Leyendo un libro de aforismos del difunto Friedrich Nietzsche (El viajero y su sombra), me he encontrado con este que, por alusiones, me lo he llevado a las propuestas del Grupo OuLIPO, especialmente en lo que se refiere a la invención de nuevas dificultades que, según él, hacían los poetas griegos.
Según una encuesta realizada por Metroscopia para la ONG Avaaz.org, en la que se ha preguntado a 600 personas, concluye que el 82% de los consultados cree que el texto debería ser modificado
Pero vamos a ver… si a mí tampoco me gusta lo más mínimo la ley de Seguridad Ciudadana, más o menos conocida con razón como la Ley Mordaza, pero lo que no resulta ni mínimamente serio es que la encuesta se la hayan realizado a 600 personas y, desde ahí, saquen conclusiones. Que no sé si saben que tengo más de 1200 amigos en FaceBook, para lo de las encuestas, digo.
Es ridículo que se argumente de esta manera. Pero bueno, habrá quien todavía diga que la estadística es una ciencia seria…
La ley mordaza es vergonzosa, pero completamente vergonzosa y un paso más en la dirección de la emigración cuasi-forzosa, pero es posible que sea derogada en cuanto un gobierno siguiente llegue al poder. O incluso tenga que ser revisada a petición de las exigencias de democracia (o apariencias) llegadas desde Bruselas.
Pero eso no justifica la carencia de sentido común y algo de criterio racional a la hora de esgrimir argumentos contrarios. Hay más de 300.000 firmantes en contra de esa ley. Esto ya es una cifra un poco más seria… aunque no lo es porcentualmente (en la democracia representativa que tenemos), pero es una sola campaña. Cada 5 segundos, alguien más firma. Es un aluvión, aunque no sea representativo. Pero 600 personas… si al menos hubieran sido 666 personas…
Este fin de semana tengo una cena con unos amigos… somos casi 50, o sea, cifra representativa para hacer un sondeo de voto… o algo.
No me puedo creer que aún hoy siga llegándonos esta antigualla de Guía de Páginas Amarillas, en la era de Internet por antonomasia y después de haber comunicado por activa y por pasiva innumerables veces a las empresas encargadas del reparto de las Páginas Amarillas que no deseaba seguir recibiendo su innecesario derroche de papel.
Y las páginas blancas están incluidas, aunque creo recordar que eran de particulares… o sea, que no deberían estar ahí, aunque solo fuese por defecto de aplicación de la inasumible LOPD.
La entrevista, de casi una hora de duración, ha venido a mostrarme que Iñaki Gabilondo es un tío que sabe lo que dice. Incluso cuando duda, o precisamente porque duda, como dice él mismo «soy el hombre que más duda en Europa».
Llevo siguiéndole años y cada día me convence más, desde su blog La voz de Iñaki. Casi sin proponérselo, haciéndome pensar, va poco a poco regalando su bagaje claramente progresista pero atemperado por el paso del tiempo. Quizá me estoy haciendo mayor… pero en esta entrevista me sentía más próximo a él que a Pablo Iglesias.
Obviamente, la posición de ambos es muy diferente, así como el señor Iglesias habla desde el que se tiene que hacer publicidad, incluso ocupando el rol que debería ser casi transparente, tiene la necesidad de que hablen de él, de que se diga su nombre o, en el mejor de los casos, el de su partido político.
Iñaki Gabilondo, nacido unos meses después que mi padre, recordándome físicamente a un tío mío al que quiero bastante, lleva tanta traya y trayectoria encima que se permite sabiduría frente a osadía… sin dejar de ser valiente, ético, coherente y displicente.
La entrevista resulta interesante como repaso de memoria histórica, como reclamo ante la desafección política para recordarnos que el gran triunfo de la sociedad está a punto de ser puesto en cuestión hasta aniquilarlo: la política es cosa de todos, vaya, de la polis, y nos sirve para organizar nuestras disensiones favoreciendo consensos.
Pero la que tenemos ya también, no solo la que está por venir, que sí, que vendrá, ya sea 2.0 o transgénica… La representativa en la que ahora se va a comenzar a mover con algunos traspiés inevitables la formación Podemos.
No hablaron del programa del mismo, pues no era el momento, ni de su idealismo algo naïf… aunque no dejó de recordárselo en alguna ocasión el astuto Iñaki.
Merece la pena verla aunque el formato de edición (recortada) haga que no parezca una emisión libre, sino el fruto de una elaboración claramente partidista. Quiero pensar que solo se hizo así por motivos técnicos… pero es que yo también suelo pecar de naïf.
Eso sí, las palabras finales de Pablo con respecto a la entrevista que le hizo Ana Pastor muestran cierta tendencia a querer controlarlo todo… demasiado. Lo siento, amigo, pero no siempre te van a entrevistar como tú quieras. Sigo agradeciendo que Ana Pastor incomode a todo el que se ponga por delante… estoy tan aburrido de entrevistas pactadas…
Pero ambos, Ana Pastor e Iñaki Gabilondo, me hacen recordar a mi amigo Juan Carlos Etxeberría y su devoción hacia el buen periodismo. Me hacen pensar que The Newsroom no es solo una serie de ficción maravillosa, sino un horizonte menos utópico de lo que parece.
Como broma, espero que fuese un lapsus mental, en el minuto 14:08 Iñaki Gabilondo hace un gesto que, como ahora, sacado de contexto, puede ser entendido como un insulto a la pedantería de su enfrentado…
Es gracioso encontrarse una serie como Andrómeda, que parece de la década de los 70, con ese aire a Star Trek, algo como de cartón piedra, pero hecha en el siglo XXI y que presuntamente trata sobre un futuro mucho mucho más lejano.
He recortado un pedacito de un capítulo para gustito de los fans de la ciencia ficción que, como yo, disfrutan hasta estas series que podríamos llamar Vintage o Steam-Punk… o algo así.
[youtube_sc url=http://youtu.be/N3Aw_6VrmJs]
Creada por el mismo Gene Roddenberry que había gestado el universo Trek, parece ser que fue llevada a la pantalla más de 2 décadas después de concebida y a título póstumo.
No es que me apasione y es más que cuestionable su posicionamiento sexista, que hace de algunas mujeres meros adornos y contiene cierto tufillo racista que no sé explicar cómo se observa; demasiados rubios de ojos azules en los papeles protagónicos, quizá.
Si existiera un dios (creador) habría que denunciarle por prácticas de Obsolescencia Programada en el diseño de los seres vivos, especialmente de los humanos, que son los que más nos atañen.
No es descabellado pensar un organismo que sea capaz de auto-regenerarse auto-abastecerse, auto-gestionarse. Me recuerda tanto a mi película favorita: Blade Runner. Queremos saber cuánto vamos a durar, almacenamos recuerdos enlatados para suponer que así dejaremos algo tras nosotros, tras nuestra desaparición.
Pero además está el hecho del deterioro progresivo, las goteras para las que ningún seguro tiene cobertura completa. Vamos extinguiéndonos como gotas de agua bajo la lluvia, sin remedio, tan solo paliativos que postpongan lo inevitable, que por otro lado es curiosamente lo que da sentido a las acciones de nuestra vida finita, in-eterna, que es tan sagrada como para no desperdiciar ni un segundo de ella.
Hay bombillas funcionando desde hace más de 100 años. Hay aparatos que, si se dejasen a su buen uso, sin esfuerzo, durarían un milenio, carros, ruedas… pero nosotros, los penosos seres humanos, tan solo estamos pensados para unas cuantas décadas de funcionamiento y, en el mejor de los casos, un par de ellas a pleno rendimiento.
Como principio fundamental o como mandamiento, no sé, el caso es que no pienso decir nunca más que «me gusta» una publicación en la que exista, como en esta, una falta ortográfica no deseada, no voluntaria.
El último «si» no es un condicional, sino un pronombre de tercera persona, así que debería ser «sí» mismo.
Pues eso mismo, que paso de dar más «gusto» a lo que me disgusta.
sí. 1. Adverbio de afirmación. Se usa normalmente en respuesta a oraciones interrogativas, para contestar afirmativamente a lo preguntado o propuesto: —¿Has visto mis llaves? —Sí, están sobre la mesa; —¿Te vienes al cine? —Sí. En forma interrogativa, se dice en algunos países de habla hispana al descolgar el teléfono. También se emplea con valor enfático para reforzar una afirmación, frecuentemente seguido de la conjunción que: Te ayudaré, sí, aunque sea lo último que haga; Esto sí que ha sido una sorpresa. Seguido de que se emplea irónicamente para reforzar una negación: Sí que la has hecho buena.
2. Como sustantivo masculino, ‘permiso o conformidad’: «Estela habló con sus padres para que le consintieran los amores y consiguió de ellos el sí tan deseado» (Vergés Cenizas [R. Dom. 1980]). Su plural culto es síes (? plural, 1c): «Las escasas posturas negativas […] se tornaron síes» (País [Esp.] 1.10.87).
3. Sí es también la forma tónica reflexiva de tercera persona, tanto del singular como del plural.
3.1. Su uso está sujeto a dos condiciones:
a) Siempre ha de ir precedido de preposición: Pedro no daba más de sí; Los asistentes no cabían en sí de gozo; No podrá usted huir de sí mismo. Ante la preposición con adopta la forma consigo: No olvide traer consigo todas sus pertenencias; no es correcto, pues, el uso de la secuencia con sí: «Los personajes no saben qué hacer con sí mismos» (Mundo [Esp.] 25.5.96); debió decirse consigo mismos. No debe emplearse el pronombre reflexivo sí si no va precedido de preposición: «También quienes se proponen ser sí mismos […] forman, irremediablemente, parte de colectivos» (País [Esp.] 2.10.85); aquí debió usarse la forma de sujeto ellos: ser ellos mismos.
b) Por ser un pronombre personal tónico exclusivamente reflexivo (? pronombres personales tónicos, 3), sí solo debe emplearse cuando el complemento posee sentido reflexivo, esto es, cuando el referente del pronombre es el mismo que el del sujeto de la oración en que aparece o que el de una paráfrasis implícita en la secuencia a la que pertenece: María reclamó para sí las joyas de su madre; Yo lo veo seguro de sí mismo (donde subyace la oración Él está seguro de sí mismo). No es recomendable emplear el reflexivo sí en oraciones impersonales con referente inespecífico o genérico; en esos casos, lo normal y preferible es usar el indefinido uno (? uno, 1.3); así, en lugar de Aquí se viene a hablar de sí mismo resulta preferible decir Aquí se viene a hablar de uno mismo.
3.2. Para el uso, con sentido reflexivo, de las otras formas tónicas de tercera persona (él, ella, etc.), ? pronombres personales tónicos, 3.
3.3. No es recomendable el uso de la forma reflexiva sí para referirse a una primera o una segunda persona, tanto del singular como del plural: «No sé qué decir, cómo expresarme, son sentimientos muy fuertes. Todavía no volví en sí» (Voz@ [Arg.] 31.5.05); Podías haberme dicho que no dabas más de sí; «Solo la mona y yo nos hallábamos fuera de sí» (Vicent Balada [Esp. 1987]); debió decirse volví en mí, no dabas más de ti, nos hallábamos fuera de nosotros. No obstante, ha de tenerse en cuenta que el uso de estas locuciones no se da con normalidad en las personas de plural.
3.4. de por sí. La locución adverbial de por sí, que significa ‘por su propia naturaleza’, también debe variar según la persona gramatical a la que se refiera: «Ella es estirada de por sí» (Hidalgo Azucena [Esp. 1988]); «Tengo la piel morena de por mí» (SchzFerlosio Jarama [Esp. 1956]). No obstante, lo normal es usarla solo en tercera persona y utilizar, en el resto de los casos, la expresión equivalente por naturaleza.