Bicicleta

¿Qué ocurre en Madrid cuando comienzan a circular en bicicleta miles de personas que antes no lo hacían?

Madrid 1562
Madrid 1562

Madrid es una ciudad que ha crecido mal, desde sus orígenes como capital de España hasta ahora, ha ido creciendo como un pueblo grande manchego, que dice mi padre. Recuerda más a Toledo o a Ávila o Segovia que a París, por poner un ejemplo. Y no es sólo una cuestión de tamaño sino de estructura. Barcelona es una ciudad del mismo tamaño que Madrid, aproximadamente, y sin embargo su estructura es planificada, como se puede ver en la imagen del plano de la derecha.Eixample de Barcelona

Esto sirva para anticipar porqué soy algo crítico con la bicicleta y su uso masivo en esta ciudad. Siempre he defendido que, dada justamente su reducida dimensión y su alta concentración de población y edificios en el centro, Madrid era una de las ciudades más «caminables« que se pueda concebir teniendo en cuenta su población. Hay pocas capitales de estas características que se puedan caminar de arriba a abajo, de norte a sur o de este a oeste, casi en unas pocas horas. Por supuesto, el espacio dejado a los coches es ridículo, por no hablar del que queda para los peatones. Si le sumamos la demanda de los que desean pasear o circular en bicicleta, me temo que tenemos un problema.

Pero eso no quita para que considere que ha llegado el momento de plantear una nueva forma de circular por las ciudades y Madrid no debe salvarse de esa transformación.

Para empezar, admiro el transporte masivo de población por su eficacia, por su alta capacidad de mover a la población afectando al mínimo el espacio que se precisa para ello, la energía que se consume y la velocidad a la que se puede desplazar. Por no hablar de la seguridad. Son todo ventajas y creo que, en esto, pocos parecen estar en desacuerdo, para variar.

Lo que yo extraigo de ello es que los que se mueven en coche en el centro de la ciudad deberían ser «penalizados« con menos espacio del que aún hay; que se puede generar un carril bici en Gran Vía y otro en Castellana/Recoletos y así en las principales vías. Que sufra quien tenga un deseo irreprimible de circular en transporte privado en el centro de una ciudad como esta me parece un mal menor. Pero que sufra quien camina, que sufra el peatón por el miedo que puedan tenerle los ciclistas a los vehículos motorizados me parece terrible en una ciudad que, indudablemente, debería ser más peatonalizada cada día.

Hay infinidad de vías (estoy hablando principalmente de la zona centro de la ciudad) que al peatonalizarse ganarían calidad de vida para todos los afectados: comercios, peatones, incluso conductores que no se encontrarían, como ahora ocurre con tanta frecuencia, atorados en una callejuela por un vehículo que paraliza el tráfico completamente, con el consiguiente cabreo, ruido de cláxones desquiciados y estrés para todos los afectados: comercios, peatones e incluso conductores.

Pero peatonalizar no significa hacer un carril bici para que los ciclistas tomen el relevo de los conductores. Y menos aún cuando los ciclistas, en la mayoría de los casos, no respetan ningún tipo de normativa de circulación, creyendo que se trata de un movimiento como el de caminar, que no precisa de normas explícitas. Pero no es así: igual que hay carnet de conducir vehículos motorizados, me parece que sería necesario implementar un carnet de conducir bicicletas por la ciudad, para conseguir el cual se pueda exigir el conocimiento y respeto de unas normas básicas de convivencia.

Me he encontrado varias veces arrollado por ciclistas en lugares dónde no tendría que haber ocurrido esto, como aceras, ya de por sí exánimes, o en calles peatonales, en las que uno camina relajado y sin sentir que debe tener ojos en la espalda o habilidad y rapidez para apartarse del arrogante galopar de un ciclista. Les he maldecido hasta el punto de sentir que su reclamación (que es lícita) de conseguir un carril bici no es la mía. Está claro que debe haber un diálogo y acuerdo, pero mi sentir es que los bicicríticos desean luchar contra los vehículos invadiendo el terreno en el que no hay vehículos y esto me parece una contradicción.

También me crispa cuando, cada jueves de mes que deciden manifestarse, cortan no sólo el tráfico de los vehículos privados, que me parece que estaría en su sentido, sino también el tráfico dedicado a los transportes públicos masivos, como autobuses de la EMT. Para mí, ferviente defensor de la reducción del número de vehículos privados, este perjuicio contra los transportes públicos colectivos es un argumento a favor de los privados.

Por favor, queridos ciclistas, sean respetuosos con los peatones por encima de todo: en ellos están sus más posibles aliados. Sean respetuosos por el hecho de que respetar es bello. Exijan respeto de los vehículos motorizados privados circulando por sus carriles respetando sus normas de circulación hasta que se habiliten para las bicicletas unas normas específicas con carriles específicos. Bloqueen sin pudor las vías que consideren, pero no las aceras. En caso contrario, como ya ha ocurrido en más de una ocasión, se acabarán por fabricar unos minicarriles bici en las ya desnutridas aceras de esta ciudad.

Y entonces, sólo entonces, recibirán mi apoyo. Soy peatón y no creo que a los ciclistas les gustase que los peatones invadiésemos la calle durante su circulación en un carril bici. Sólo pido reciprocidad.

Bildu

Mi amigo Juan Carlos Poto Etxeberria escribe en su Twitter:

Y los gritos en Genova (Bildu fuera)…España cada vez entiende menos a Euskadi. Será que nos explicamos fatal… 😉

Y yo no puedo por menos que contestarle:

Sí querido amigo, cada vez que oigo estas cosas me asusto mucho. Pero es que este país siempre ha sido franquista. Tenemos una desgraciada herencia no resuelta que viene desde la invasión visigótica, la convivencia no pacífica con los musulmanes, el radicalismo al que se fue tendiendo hasta culminar con unos reyes católicos en la época en la que las reformas religiosas y sociales comenzaron a modificar la forma de sentir de los países emergentes europeos. España se lo perdió. Se convirtió en ese bastión del oscurantismo y la tradición más a ultranza y acabó por continuar aislada hasta el punto de que nuestra única revolución fue contra el rey más liberal que habíamos tenido, allá por 1808. Y así seguimos, tras decenas de golpes de estado con un bipartidismo que siempre ha sido crónico de nuestro país, como cuando gobernaban conservadores frente a liberales. Seguimos en las mismas, pero cada vez más, se parecen más. Y no entendemos que pueda haber más de 2 opiniones sobre algo… sea lo complejo que sea. Y si esas opiniones se parecen, pues lo llamamos, además, consenso y no ruina democrática.

Por eso quizá lo que pasa en SOL es tan importante para algunos de nosotros: nos demuestra que existimos, aunque no vaya a tener demasiada incidencia. Demuestra a la gente que en Madrid (y en otros sitios) hay gente que piensa de otra manera, que está dispuesta a hablar de otras cosas y de otra forma…

Pero el Nacionalismo es intratable… Nadie se atrevería, en SOL ni en ningún lado, a alegrarse de que BILDU haya ganado las elecciones en Gipuzkoa. Y yo me alegro: me alegro porque sé que al fin muchos de mis amigos tienen representación, sé que es un buen comienzo para hablar de democracia… para revocar leyes de aplicación arbitraria como la Ley de Partidos… pero solo es eso, como SOL, sólo es un comienzo… ahora toca seguir y defender lo poco que se ha conseguido. Pero algo es algo, no?

Elecciones

La democracia, tal como la tenemos, ha hablado.
La sociedad española, que a veces se me olvida, es claramente de derechas.
No sé cómo en algún momento había pensado que la opción de IU podía ser mirada como alternativa a PSOE para que no se imponga la política neoliberal de la derecha (aunque ya con el PSOE estaba ocurriendo)
No sé de qué ilusión me dejé llevar.
Pero el caso es que la derecha ha triunfado masivamente en los municipios españoles.

Yo nunca votaría a alguien como Rita Barberá o Esperanza Aguirre por la manera que tienen de vestir. Sí, sé que suena muy superficial, pero es que los prejuicios tienen eso. Sin embargo, cuando paseo por un pueblo como Daimiel me encuentro con clones de estas señoras. Cuando paseo por un pueblo como Colmenar Viejo me encuentro con clones de esas señoras. Cuando paseo por muchos barrios de Madrid me encuentro con clones de esas señoras y muchos trabajadores con el mismo, exactamente el mismo, aspecto que Gallardón, que Camps, que otros como ellos. Incluso encuentro muchos que se parecen a José Blanco y algunos, un poco desaliñados, a Rajoy o Zapatero.
¿Buscamos parecernos a nuestros políticos o que nuestros políticos se nos parezcan?

Supongo que yo no quiero parecerme a nadie, aunque se me parezca gente, aunque acabe pareciéndome a gente. Pero mi sensación es que la inmensa mayoría de la gente desea que se nos parezcan nuestros políticos, que nos representen también en el vestir.
Pero claro, esto es contradictorio con la afirmación por la que digo que no votaría a alguien como Barberá.

La verdad verdadera (quizá lo de antes era mentira) es que no votaría a alguien que tiene intención de obtener la liquidez que ahora mismo hace falta desmantelando lo que considero más sagrado: educación pública y sanidad pública.

Hoy no quiero ni acercarme por ese patio de vecinos en el que estará todo el vecindario voceando a favor y en contra… pero la curiosidad me puede. No voy a venderla como interés antropológico social porque no lo es. Es un morbo aburrido y adulto, postelectoral.

Puerta del Sol

Acabo de volver de la Puerta del Sol de Madrid, hoy, 20 de mayo de 2011, y siento que se ha estado produciendo un fenómeno revolucionario único en la historia de España. Pero me pregunto: ¿y esto que va a cambiar?
Y la respuesta es obvia: Ya ha cambiado cosas.

Ha cambiado la imagen que la sociedad tiene de sí misma. Si después de este día alguien aún dice que no se puede hacer nada, que sólo los partidos pueden convocar, o los sindicatos, o la iglesia (que es otro sindicato) o alguna gran empresa, que como no se forma parte de lo uno ni de lo otro, no se puede hacer nada…. si alguien cree esto después de esta semana es que no se ha enterado de lo que ha estado ocurriendo: un grupo de personas han conseguido captar la atención, la escucha, de todo el país. Su discurso es heterogéneo y naïf, pero es verdadero. Hacía falta que volviésemos a ser capaces de distinguir el valor de la verdad en el discurso.

En cuanto a cambios concretos, podemos pensar que a corto plazo lo ideal sería (desde mi punto de vista) un fraccionamiento en la representatividad política en las instituciones: el bipartidismo de partido único que lleva establecido en el poder desde hace décadas es falaz, humillante, arrogante porque puede y, cada día, menos democrático. No necesita debates para hacer reformas tan impopulares como las que está haciendo últimamente (ni el PSOE en el gobierno central ni los distintos PPs en sus correspondientes feudos), no necesitan escuchar a los ciudadanos porque dependen demasiado de otros a quienes prestan oídos.

Creo que el objetivo principal de una convocatoria como esta de www.democraciarealya.es es, sobre todo, fomentar la reflexión individual y, conseguido parcialmente este objetivo, es inverosímil que con las diferentes sensibilidades políticas que existen sólo sean elegidos 2 partidos políticos. Sé lo que es la Ley Electoral actual y su perverso sistema D’Hont pero confío en que el reparto de voto sea lo suficientemente grande como para que la representatividad sea también repartida. Esto llevará a un debate parlamentario sano y necesario en épocas difíciles, donde el aprobar decisiones difíciles sin más apoyo que los de un partido es, cuando menos, triste.

Y ahora no sigo escribiendo que viene mi amiga Aída, pero me gustaría hablar de lo que va a influir a más largo plazo…


Se ha ido Aída y continúo mi pequeña especulación sobre el futuro de esta protesta y su repercusión.

A medio plazo, hay que plantear como objetivo concreto que en las elecciones de 2012 no se planteen como un mero trámite de cambio de mano del cetro gubernamental. Pero, mientras tanto, es importante sentir y saber, ser consciente de que el gobierno que sea tendrá que tener presente que una revolución late en las calles y hay que escucharlas.

Imaginaba, por ejemplo, el escenario en el que se presentase la «necesidad» de una nueva reestructuración económica, como los ajustes fiscales y laborales de la última reforma, la contemplada en el Real Decreto-ley 10/2010, de 16 de junio, de medidas urgentes para la reforma del mercado de trabajo e imaginaba cómo se lo pensarían dos veces antes de volver a poner a la sociedad en una situación de crispación semejante.

Una revolución late en la calle.
Hay que escucharla, porque de ella depende el futuro.

Es posible que, incluso aunque no se vea lo que va a cambiar, ese cambio está ahí, ya ha llegado y no se va a ir.

El cambio y el lugar de cambio no es el gobierno, sino el cerebro de cada uno de los integrantes de la sociedad. Esta movilización está movilizando ese órgano, desde hace tiempo tan necesario para funcionar en una sociedad responsable, básico para la democracia, llamado cerebro.

Antisistemas

Nosotros no somos antisistema, el sistema es antinosotros

En un comentario a una noticia sobre la acampada en Sol me he encontrado esta frase que lo resume perfectamente. Era hora de defenderse, no ya de luchar, sino de protegerse. Cuando vemos caer a plomo todo lo que socialmente se ha ido consiguiendo a lo largo de más de 160 años de reivindicaciones de trabajadores, de ciudadanos, de personas que han deseado un mundo mejor, más justo, más equitativo, más solidario, haciéndose eco de la gran revolución, la importante entre todas las revoluciones: La Revolución Francesa y su viejo lema de Igualdad, Libertad y Fraternidad.

Buscando en Internet el origen de este lema me he encontrado con lo siguiente en Wikipedia:

Durante la ocupación alemana de Francia durante la II Guerra Mundial, el Gobierno de Vichy lo sustituyó por la frase Travail, famille, patrie (Trabajo, familia, patria), para ilustrar el nuevo rumbo del gobierno.

Pero mucho más detallado en un blog titulado Diario de Guerra:

Trabajo, Familia y Patria – 15/09/1940.

Camaradas,

El Mariscal Philippe Pétain ha asentado las bases de la nueva Francia con la publicación hoy en la revista Deux Mondes (Dos Mundos) de su artículo “La Política Social del Futuro” en el que ha repudiado públicamente el decadente lema Liberté, Égalité, Fraternité (Libertad, Igualdad, Fraternidad) y lo ha reemplazado por el de Travail, Famille, Patrie (Trabajo, Familia, Patria).

Es tremendo cómo ese lema fue un emb-lema de las aspiraciones de los ciudadanos que aspiraban a serlo desde 1789. Y cómo cada cierto tiempo se censuraba, se consideraba subversivo o revolucionario. Lo que me parece más tremendo es que siga siéndolo. Aún hoy, o quizá hoy más que nunca, ese lema serviría perfectamente en las manifestaciones que se están produciendo en España. Lo que ocurre es que habría que matizar quién es ahora el tercer estado y quienes son los nobles, pero lo que resulta evidente es que hay una clase social que parece estar por encima de las obligaciones a las que nos sometemos los plebeyos.

Es momento de denunciarlo, aunque sea creando un nuevo encierro en un Juego de Pelota que puede ser una plaza de Sol en el centro de Madrid.

Hace años hice una acción, casi para mí solo, sobre el Km0. Ahora me veo en la tesitura de no encontrarme bien de salud como para acudir a lo que considero la mejor manifestación que he podido vivir. Una manifestación que, ingenua, reclama la vuelta de la ideología, el dejar de ser considerados recursos humanos, consumidores, clientes, para ser considerados ciudadanos. Con la responsabilidad que eso implica, con el esfuerzo que supondrá de acción y reflexión. Se acabará con la pasividad y la inacción. Es preciso formar parte de este nuevo presente. Creer en ello lo hará existir.

Y ahora… ¿por qué?

Es evidente que influirá en las elecciones. A nadie se le escapa eso, pero es que lo razonable en los ciudadanos en un sistema democrático es que deseen influir en las elecciones. Esto es participar, no sólo introducir un papel en una urna. Esto es democracia participativa, por fin, vista en algún lugar.

Sorprende ver la capacidad de organización que demuestran tener, generando en pocos días una estructura de comisiones y subcomisiones encargadas de lo más pragmático y de lo más utópico, pero autogestionados, sin financiación de una entidad financiera ni un grupo de poder mediático. Está claro que otro mundo es posible y esto es una demostración de la que les gusta a los escépticos: el movimiento se demuestra andando.

Y yo no me atrevo a ir.

No me atrevo a tener que correr en un momento dado y que mi maldita fisura anal resurja. No sé cómo participar pero es el momento. Este es uno de esos momentos que, si los pasivos actuamos, convertiremos en Histórico. Puede ser un gran momento en el futuro, puede ser lo que andamos necesitando: confianza en la gente, en nosotros mismos, en que los humanos tienen verdaderamente el poder en sus manos y no en las de otros. Y esto exigirá compromiso, dedicación, acción, presencia, pero reportará un mundo nuevo, en el que el lema revolucionario deje de ser revolucionario para ser definitorio del sistema.

Entonces, en ese posible entonces, no habrá necesidad de ser antisistema, porque el sistema no estará luchando contra nosotros.

Hoy voto por correo

Es cómodo y barato. Me hace sentir bien y como con la conciencia tranquila, pensando, además que quizá cambie alguna pequeña cosa en el futuro si todo el mundo lo hiciera. (Sobre lo poco que creo que se puede cambiar desde el gobierno político de una nación hipervinculada e hiperdependiente de decisiones exteriores o interiores pero más procedentes del ámbito económico que político, mejor no hablo en esta ocasión).

Este año me parece especialmente complicado votar porque lo más probable es que, llevado de la mano de la indignación que genera la mala gestión de la crisis, me dejase inducir por la idea de que cualquier cambio es mejor que estar como estamos. Pero no cualquier cambio. Sí que creo que conviene el cambio, pero no cualquiera.

Leyendo un buen artículo sobre La diferencia entre abstenerse, votar en blanco y no votarles me he sentido claramente identificado, en tanto que llevo un tiempo afirmando que uno de los peores males que tenemos en este país es el fuerte bipartidismo derivado, entre otras cosas, de una ley de representación electoral de dudosa efectividad, salvo para los que están en el gobierno y en la oposición.

Este año se están produciendo fuertes cambios en la forma de hacer política, no por los partidos políticos, sino por otro tipo de asociaciones que, gracias a la concreción de propuestas realizadas a través de Internet (la famosa Red 2.0 parece que empieza a tomar cuerpo), han llegado a movilizar a la población, como en el reciente Movimiento 15-M y su toma de la puerta del sol. Me habría gustado participar, sentirme fuerte como para acudir a la manifestación, no creo que lo suficiente como para acampar, pero sí para apoyar día a día a quien lo haga.

Miro con resquemor los movimientos que se han producido, dicen, por estas vías en los países del norte de África, sintiendo que no conocemos lo suficiente ni de su evolución ni de su verdadera gestación. No creo que realmente fuesen movimientos espontáneos, pero no sé en realidad qué los motivó, quién los necesitaba. Mi intuición me dice que tienen que ver con una guerra entre los intereses Chinos y los Occidentales en la esquilmada tierra africana, pero mi pobre intuición no me da detalles.

En cuanto a Islandia, país que siempre me ha atraído singularmente, querría saber más y de primera mano cómo se están desarrollando los acontecimientos allí, pero lo que parece evidente es que también en este caso, la forma de hacer política es distinta a la que llevamos contemplando desde hace más de 50 años. Recuerda a revoluciones más o menos aguerridas, pero habría que verlo y vivirlo allí.

Eso sí, no queda ya duda de que algo se está moviendo. El mundo occidental necesita un cambio, necesita una adaptación a una situación en la que los modelos (políticos, económicos y, posiblemente, sociales) han de ser puestos en cuestión, reformulados, reinventados.

Dependerá de nuestra participación (la mía y la tuya) cómo serán los nuevos modelos. Nos lo estamos jugando todo en estos días… no de votación, sino de participación.

Me voy a votar.

Densidad

Está claro que alguien ha descubierto la densidad. Es más, incluso han descubierto que el peso no tiene nada que ver con el reparto de la masa en un cuerpo de dimensiones variables. Empieza una nueva carrera de publicidad para vender servicios y productos adelgazantes, porque de lo que se trata es de adelgazar… no, matizo: se trata de estar guapo… no, matizo: se trata de gustar… no, matizo: se trata de creer que se gusta a los demás… no, matizo: se trata de lograr el éxito… aunque ese éxito sea engañoso, superficial, externo, infantil.

Obviamente esa doctora de ojos tan azules como los fremen de Dune, Ojos azules de Fremen de DUNE nos mira dándonos su teléfono, cuando no será ella quien nos atienda, ni al teléfono ni en persona. Al lado, un sugerente pareo nos deja imaginar ese oscuro objeto de deseo. Así que deseamos ir a esa clínica de blancos y azules, casi como una convención del partido demócrata estadounidense, casi como una inferfaz de red social. Todo muy limpio y aséptico, quirúrjicamente probado.

Yo siempre he dicho que no me peso desde que tenía catorce años. No sé si es cierto o una exageración, lo que es verdad es que me importa muy poco mi peso. Depende, entre otras cosas, de la distancia al centro de la Tierra, de la masa de la misma y de factores que poco o nada puedo controlar. Si hubiese un medidor de masa podría ser otra cosa, pero habría otros factores a tener en cuenta y sobre los que no quiero incidir como son la composición química de la materia que me compone, ese puñado de átomos que se unen en moléculas y macromoléculas llamadas células que, aglutinadas en tejidos, van conformándome hasta darme una silueta más o menes reconocible como mi cuerpo.

Me preocupa mi vida, vivir feliz, vivir siempre observando la pregunta de si hacerlo merece o no la pena. Lo demás, si peso más o menos, si, a la altura de mi barriguita, mi perfil tiene más o menos centímetros de perímetro, si mis glúteos están a una determinada altura del suelo o a otra, me importa un pito, como diría Oliverio.

Por cierto, la relación entre la masa y el volumen que ocupa esa forma, ese cuerpo, se llama densidad:

densidad. (Del lat. densitas, -atis). 1. f. Cualidad de denso. 2. f. Fís. Magnitud que expresa la relación entre la masa y el volumen de un cuerpo. Su unidad en el Sistema Internacional es el kilogramo por metro cúbico (kg/m3). 3. f. Fotogr. En una emulsión fotográfica, ennegrecimiento de la imagen, proporcional a la cantidad de luz a la que esta ha sido expuesta. 4. f. Inform. Número de bites que puede registrarse en un sistema de almacenamiento de memoria. ~ de población. 1. f. Número de individuos de la misma especie que viven por unidad de superficie. ~ óptica. 1. f. Fís. Grado de absorción de la luz por un medio transparente.

No creo que trate de esto esta publicidad, sino de la redistribución de la masa en el espacio, siguiendo un patrón más o menos acordado como armónico o bello. Y digo más o menos porque no está claro que esa belleza sea la Belleza deseable. Siempre me gustará más una sonrisa que una cadera. Sé que no me creerá casi nadie, sé que puedo volver la cabeza ante una mujer de curvas atractivas, pero sé que si no hay una sonrisa en su cara, si no hay una mirada cómplice, si no hay una persona detrás de esa figura, no me atraerá más que una figurita de Lladró.

Y, como con las figuritas de Lladró, me darán unas ganas terribles de destrozarla.

Pero, antes de que se sospeche de mi implicación en la muerte de alguna damisela más o menos sexy, añadiré que esto es solo un deseo fantasioso, no un deseo real.

¿Para cuando una clínica que ayude a estar bien con uno mismo o con una misma tal cual se es? ¿Es quizá un problema el hecho de que esto es más difícil de vender? ¿Es algo que han incorporado en su portfolio los psicólogos o terepeutas en su discurso de autoaceptación? ¿Debe haber mercado para todos los negocios? ¿Puede la publicidad utilizar cualquier medio para lograr su fin?

Creo que, en lo que concerniente a esta última pregunta, la respuesta debería ser un claro no.

Pero también creo que las personas deben aprender a responsabilizarse ante los estímulos publicitarios, protegiéndose de prácticas agresivas y manipuladoras, pero no sólo ante la publicidad, sino ante todos esos intentos de manipulación, de influencia más allá de lo razonable que nuestro entorno genera. ¿Cuál es el límite? Cada cual debe poner el suyo, pero debe enseñarse a poner esos límites. Debe abrirse un debate acerca del hecho de que cada cual puede (pero debe) regular cuánto y cómo se deja manipular, cada cual puede (y debe) ser consciente del intento de manipulación por parte de ese entorno y los medios que se poseen para mantenerse parcialmente independiente, con un criterio propio, formado dentro de una sociedad, claro, pero al mismo tiempo individual, autoconsciente, responsable y adulto.

Señoras y señores, les llamo a que piensen cuando miren, dejen de ser borregos, con esa mirada prematadero que presentan constantemente los bovinos, les conmino a responsabilizarse de sus actos, a autoanalizar sus decisiones, a saber los límites individuales que lo delimitan como persona, a conocerse, a reconocerse. No puede pasar más tiempo, el mundo entero está necesitando este cambio de actitud, en política, en sociedad y conciencia social, en relación de pareja o interpersonal varia, en mercado laboral, en economía, en cualquier actividad humana, en general y en particular para cada uno y cada una de nosotros y nosotras.

¡Basta ya! ¡Te toca ser persona!

Cirujano de palabras

Me gustaría poder encontrar siempre la palabra justa, aquella que con total nitidez defina o acote un concepto, un objeto, un atributo. Es casi una obsesión permanente (aunque todas las obsesiones lo son, ¿no?) esto de buscar en mi cerebro, en el diccionario que tengo a mano, la palabra, esa palabra, esa exacta palabra.

En ocasiones, especialmente cuando imparto teoría durante uno de mis talleres de escritura o creatividad, me paralizo durante el discurso, la presentación, para buscarla, para hallar esa palabra. Cuando discuto, cuando descalifico, procuro ser preciso como un bisturí en las manos de un buen cirujano.

Y no decir palabras como buen, cuando lo que quiero decir es más preciso, más ajustado. Docto o experto o … y estoy tentado de buscar sinónimos hasta encontrarla, hasta dar con esa palabra, con la palabra exacta.

Hoy, sin ir más lejos, mientras mi amada me hablaba de los atípicos comentarios de una de sus más viejas amigas, le he dicho de ella, sin más, que era muy decimonónica. Sí. Di exactamente con lo que quería decir con una sola palabra, con una palabra que no es peyorativa o despectiva, que no es tampoco crítica o malintencionada, sino, simple y llanamente, lo más ajustado a lo que quería decir.

No me gustan las metáforas para las explicaciones. Procuro huir de las metáforas hacia el realismo más aséptico, aunque huir es una metáfora para decir dejar de usar. También, gracias a ello, reducir hasta el mínimo la necesidad de palabras en un intento permanente de sintetizar.

Así, por ejemplo, me horroriza la costumbre de utilizar palabras perfectamente definidas en el contexto de la ciencia para referirse a conceptos más, digamos, espirituales, como la palabra energía, que es de esas que la new age ha decidido convertir en bandera. (Aunque esto es otra metáfora).

Cuando alguna vez me han hablado de las posibilidades constructoras del idioma alemán, reconozco que he tenido la tentación de plantearme su aprendizaje, por ello y por poder leer a Nietzsche en su propio idioma, aquel en el que basa parte de su pensamiento.

En contra y desde el punto de vista de la poesía más convencional, el idioma chino presenta una interminable capacidad de creación de nuevos conceptos (significados) a partir de palabras preexistentes como mediante la combinación de caracteres o ideogramas que es la base de la escritura china. He de reconocer que esa forma de explicar, esa forma poética de capturar lo incapturable tiene también su aliciente, aunque sea más impreciso, más sugerente que definitorio, pero quizá por ello más apto para afrontar la necesidad de expresión de lo que quizá no tenga un significado preciso capturable.

Entre esos dos mundos, entre esas dos aproximaciones, deambulo como péndulo de izquierda a derecha… sin tener en cuenta las fuerzas de Coriolis.

Entre lenguaje metafórico y científico, se encuentra la realidad.

Hay que matarlos o algo peor

La ira es muy mala consejera. Cuando se instala en las instituciones es tremenda y conduce a dictaduras más o menos salvajes. Cuando se instala en la gente, en la sociedad, se obtiene un grado de violencia en el ambiente que hace que la convivencia sea siempre agresiva.

Ayer una persona a la que admiro desde el punto de vista artístico se vanagloriaba de haber participado en una cacerolada que había terminado por impedir que los candidatos del partido popular pudieran celebrar un mitin en Lavapiés. Se alegraba del hecho de que había sido necesaria la intervención de la policía para que los desalojasen de allí, a los señores del PP, más o menos indeseables.

Lo puso en su muro de facebook como algo de lo que sentirse orgullosa y muchos incluso la felicitaron por ello, se congratularon y yo no quise (llámame cobarde) entrar en la polémica (sería el único polemizando) diciendo que no me parecía correcto ese comportamiento.

Que no simpatizo con el PP es algo que no creo que tenga que demostrar, pero que no me gusta evitar su discurso con la violencia no creo que sea algo que tenga que defender. Debería ser evidente que la violencia no fomenta el debate, el sano ejercicio de escuchar, discernir, criticar y, finalmente, elegir la opción más deseable para cada uno. Es un cierto relativismo moral, claro, pero es inherente al buen funcionamiento de la democracia.

Si no hay relativismo moral, si una de las opciones es correcta y las otras incorrectas, si una es buena de manera absoluta, la democracia es un error. Se trataría de llevar a cabo un trabajo dialéctico-lógico que dedujese cuál es la única elección correcta y terminar con el asunto.

Soy demócrata incluso para creer que puede estar equivocada la mayoría, pero ese error está en su capacidad para ser libres, para decidir, incluso aunque me parezca que se equivocan, pero arrogarme la sensación de que yo no puedo ser quien está equivocado me parece tan peligroso como que otros se equivoquen.

Libertad, libertad, sin ira hay libertad…

rezaba una canción de mi juventud de Jarcha que adoré durante décadas. Aún la escucho, ahora gracias a Spotify, de momento. Y es que es así de cierto: es preciso dejar de lado la ira para permitir el libre ejercicio de los derechos de los demás, por más que creamos que no hacen lo correcto. Sin ira será posible la libertad, pero la ira se ha ido instalando en la sociedad ayudada por los discursos patéticos de los partidos políticos actuales que saben que la ira es más vistosa que el discurso, saben que tienen que ser espectaculares y no únicamente coherentes o éticos.

Su única ambición (y puede que incluso siendo bienpensado sea de buena fe) es alcanzar el poder y para ello, en este mundo mediatizado en el que nos toca vivir, es preciso ser escandaloso, ruidoso, mucho más que los demás, hacer más y más ruido, gritar más alto… pero esto no es política (al menos no ideológica) y cuando la oposición a uno de los partidos que más hace esto lo hace también, siento que se ha entrado al trapo de la demagogia, de la violencia barata y callejera, de las verduleras, de la que hace el PP.

Ahora hay un terremoto en Lorca y todos van a fotografiarse en la zona. Y tienen la desfachatez de decir que han suspendido los actos de campaña. Pero ¿a quién pretenden mentir? Todo lo que hace un político es buscando electorado. Incluso cuando dicen que han dejado de buscar electores. Es su trabajo y entiendo que lo hagan, pero no nos insulten diciendo que no lo hacen. No nos mientan.

Ah, se me olvidaba, es preciso mentir para que salga un discurso creíble.
No se trata de conseguir un discurso cierto, sino verosimil.

Es como en cine, el maquillaje se utiliza para lograr un efecto de naturalidad que no se tendría con la naturalidad de la piel sin maquillar (error que cometen los fundamentalistas de cine europeo con frecuencia).

Resumiendo: me habría gustado que a esos mitineros del PP les hubieran, simple y sencillamente, ignorado hasta el punto de que hubiesen sabido que lo que dicen no convence, que lo que pretenden no interesa, que no serán votados. No me ha gustado que a esos mitineros demagogos se les haya tratado con la demagogia del ruido.

Ruido x Ruido = Ruido al cuadrado.

Pego la letra de la canción para que quede aquí, por si alguien en Internet… mientras se pueda, la busca y quiere tenerla.

Libertad sin ira

Dicen los viejos que en este país
hubo una guerra,
que hay dos Españas que guardan aún
el rencor de viejas deudas;

dicen los viejos que este país necesita
palo largo y mano dura
para evitar lo peor.

Pero yo sólo he visto gente
que sufre y calla, dolor y miedo,
gente que sólo desea
su pan, su hembra y la fiesta en paz.

Libertad, libertad
sin ira libertad,
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad,
sin ira libertad,
y si no la hay sin duda la habrá.

Dicen los viejos que hacemos
lo que nos da la gana;
y no es posible que así pueda haber
gobierno que gobierne nada;

dicen los viejos que no se nos dé rienda suelta,
que todos aquí llevamos
la violencia a flor de piel.

Pero yo sólo he visto gente
muy obediente, hasta en la cama
gente que tan sólo pide
vivir su vida, sin más mentiras y en paz…

Libertad, libertad
sin ira libertad,
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad,
sin ira libertad,
y si no la hay sin duda la habrá.

Facebook y las etiquetas

¿Por qué la gente tiene tanta necesidad de etiquetarte en fotografías en las que no apareces, en notas en las que no estás, en vídeos que no tienen nada que ver contigo?

Sé que es una forma simple de que FaceBook te notifique que esa foto, esa nota, ese vídeo debes verlo porque tiene algo que ver contigo, aunque no sea cierto. Pero FaceBook no es el responsable de esto, es sólo un irresponsable de la irresponsabilidad de los demás, de sus usuarios, en un intento de conseguir que negativo por negativo dé un resultado positivo (I x I = R). Pero no funciona así.

Irresponsabilidad + Irresponsabilidad = 2 x Irresponsabilidad.

Me cansa tener que desetiquetarme. Verbo que, no existiendo, representa una de las primeras acciones de cada día lleva a cabo este sujeto presente: Me desetiqueto de fotos absurdas o convocatorias a eventos, cursos, etc, que sus autores deciden obligarme a ver. Claro, puedo decir que tengo la libertad de borrarme de FaceBook. Así que no les voy a acusar de spam ni nada parecido, pero les pediría un poco de sentido común: si no estoy en una foto, no estoy en esa foto. Es simple, es tautológico.

En lógica, una tautología (del griego ??????????, «decir lo mismo») es una fórmula bien formada de un sistema de lógica proposicional que resulta verdadera para cualquier interpretación

Pero pedir esto en FaceBook resulta hostil, resulta agresivo, así que acepto que sigan haciéndolo para poder seguir haciendo uso de esa herramienta tan poco útil (de momento (seguir y útil)). ¿Por qué la gente tiene tanta pereza a la hora de usar algo como esto? (Respondiendo a una segunda persona) Lo razonable sería (y FB tiene habilitada esa forma) que una foto que quieras que vea me invites a verla compartiéndola en tu muro, en mi muro, por un mensaje… que a un evento me invites a asistir con las herramientas que tiene la creación de eventos, etc. Es decir, usar FB con sentido común… aunque cabe preguntarse que, ¿si tuviésemos más sentido común, usaríamos FaceBook?

Esto no es una broma