Me despierto pensando en la palabra concitar
y su divertida manera de citar
con.
Decido que quiero usarla en alguna frase
hoy
pero rápidamente me acuerdo
de que ya la usé en una publicación
en una red social
hace meses.
Juguetea en mi cabeza
con
un chiste propio ridículo:
las citas a mi edad
no las busco en tinder
sino en la tarjeta sanitaria
y me viene a la cabeza
(concitado)
el haiku de Benedetti (algo así como):
con veinte años
canción protesta
a los sesenta
canción de próstata
de su libro Rincón de haikus
que fue lindamente editado
en 1999.
La palabra sigue resonando en mi cerebro
como una llama
que no asciende por las montañas peruanas
sino por el hálito
incandescente
de mi mente.
De ahí que haya encontrado
etimológicamente hablando
ins
pira
ción.