Con esta bella palabra que me ha pasado Javier Jiménez he escrito este rápido haiku sin mucha trascendencia, como debería ser todo haiku:
mi zarramplín
se mira en el espejo
cada mañana
Diario
Con esta bella palabra que me ha pasado Javier Jiménez he escrito este rápido haiku sin mucha trascendencia, como debería ser todo haiku:
mi zarramplín
se mira en el espejo
cada mañana
Desde el recazo de tu lengua
al trago en el que se enreda tu pelo
quiero gulusmear la locura
que habita como luquete
en nuestra bañera inexistente.
Son los filos de las ausencias
lo que endurece el jeme que nos separa
atrapando la virgulilla
bajo la luna
recién reconquistada.
A pesar de su «proximidad», no parecen estar emparentadas etimológicamente, lo que me ha sorprendido. Lo daba por hecho, pero según parece:
La entelequia es un término filosófico definido por Aristóteles. El término tiene su origen en la palabra griega ἐντελέχεια (entelékheia), combinación de enteles (‘completo’), telos (‘fin’, ‘propósito’) y echein (‘tener’).
Sin embargo:
La palabra ‘inteligencia‘ proviene del latín intelligentia o intellēctus, que a su vez provienen del verbo intellegere —término compuesto de inter («entre») y legere («leer, escoger»)— que significa comprender o percibir.
Así, mientras la primera (el núcleo de la misma) vendría de la raíz proto-indoeuropea *kwel-, mientras que en la segunda el núcleo (lexema) es «legere» que tendría relación con elegir.
Una curiosidad que no imaginé.
Tránsito del alma de esta vida a la eterna de acción y efecto de reflejar o reflejarse.
Actividad de personas y vehículos que pasan por una calle, una carretera, del principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida de esta energía de los seres orgánicos a la que se prolonga muchísimo o excesivamente de ejercicio de la posibilidad de hacer e impresión hecha en el ánimo de hacer retroceder, cambiando de dirección, la luz, el calor o el sonido al chocar con una superficie lisa de otro medio.
…
Que estas dos palabras compartan todas las letras me hace pensar que algo hay de relación
y que toda denotación es una detonación con la violencia de la clasificación en una denominación sin parangón.
Por lo demás denota la nota una sota que pota y no rota (de rotar) ni rota (de romper).
No puedo creer estar haciendo esta tontería de texto un viernes por la mañana como si no hubiese cosas más importantes que hacer, en lugar de rimar sin más gracia que la de repetir un final simplón que mola mogollón.
DETONACIÓN
Me proponía hace unos días una de las personas asistentes a los talleres, mi querida Mónica Rubio, que estaría bien pasar un fin de semana con un grupo de gente reunida en algún lugar «especial» dedicándonos a CREAR.
Y por supuesto que me parece sugerente, pero no pude por menos que imaginar a ese grupo de gente pasando un fin de semana dedicándose a CROAR durante todo el tiempo que durase esa inmersión «croativa».
Quizá, ese sería un lugar al que llamar Croacia con merecidas razones. 😉
Cuando te duele el estómago
y piensas que una palabra esdrújula
debería doler menos.
Cuando te duele la cabeza
y piensas que las palabras llanas
expresan muy bien su contenido.
Cuando te duele el corazón
y piensas que las palabras agudas
son todas esdrújulamente metafóricas.
Tras ejercicio de definir 3 palabras o, mejor dicho, redefinirlas, siguiendo la estela de la creación surrealista, el miércoles pasado me encontré con estas palabras que yo había escrito y que me ayudaron 5 poetas a reapropiar:
Con las respectivas a las personas asistentes al Taller de Poesía de Clave 53, les pedí que escribiesen un poema que las incluyese significando una o varias de las acepciones depositadas. Aceptaron el desafío, pero me retaron a que yo también mostrase públicamente mi propia actividad… 😛
Así que ahí va:
Por la mañana
descanso sobre la prisa que acarrea albures,
descanso sobre la angustia que me causa
ver un arrecife a punto de hundirse,
descanso sin resuello en la contradicción del tiempo
en este alabastro plagado de arrecifes sin alma
y no huyo del silencio que me provoca
fallecer en albur
que no por mexicano
resulta picantón.Por la mañana
no olvido despejar ese alabastro infausto
antes de, avergonzado,
lanzarme al calamar.