Algunas observaciones viendo una muestra de danza contemporánea

Durante una muestra de danza contemporánea en la residencia de estudiantes, allá por 2021, creo recordar, anoté los siguientes pensamientos sobre una libreta que llevaba conmigo desde hacía mucho más tiempo:

La contemporaneidad sin impredectibilidad es una nueva forma de clasicismo.

Han aparecido nuevas místicas, nuevas narraciones, que sustituyen (no eliminan) el pensamiento mágico religioso tradicional con otra nueva forma de, llamémosle, superstición: La luz, el espíritu, el alma…

Escenografía es una palabra que está compuesta de escritura sobre la escena, ¿verdad? La etimología es bella.

El uso inusual de las palabras. ¿Por qué en estos entornos el uso de las palabras me resulta tediosamente convencional?

¿Por qué no se produce más caos? Parece haber necesidad de mantener todo bajo control, armónico, bello… casi como el Partenón. Recuerdo una pieza que realicé destrozando esos enormes tomos de páginas amarillas que tenían a bien repartir para que todas las personas, incluso aquellas que careciesen de internet, supiesen o pudiesen encontrar el teléfono de algún servicio que nunca se encontraba. A Carmen y a mí nos daban 2 por el precio de una (eran extravagantemente gratuitas).

La delgada línea roja entre el respeto y el imperio (algo opresivo) de la ley y el orden. Por ejemplo, El Silencio en un concierto de música contemporánea o durante el desarrollo de una performance, ¿no tiene algo de absurdo o de apartado de una vida ruidosa, borborística?

Hay una marcada moda del look «Malikian«, con pelos largos, rizados, despeinados, pero muy planificadamente, Tuve el dudoso honor de conocerle en persona y me pareció un engreído de mucho cuidado. Pero he de reconocer que ha generado tendencia… al menos en su estética y su gestualidad.

El arte o la cultura es una creación humana. Cuidado con atender más a la creación que a lo humano. Preocuparse en primer lugar por el bienestar de las personas (seres humanos) antes que por las creaciones. Parece lógico, ¿verdad?

Un grupito muy tierno

El grupo de los miércoles a las 7 de los Talleres de Poesía Contemporánea que defiendo desde hace más de 2 décadas, me ha regalado vino, torrijas (no muy tradicionales) y coquitos… pero también su cariño, su afecto, su ternura en forma de unos textos que recorren mi vida imaginada por cada una de las siete personas participantes:

  • Melody Weitz: mi nacimiento (con su extraordinaria visión de rayos equis gatunos)
  • Adriana Calvo: mi infancia (plagada de humor y más triste de lo que ella cree)
  • Caro de Arana: mi adolescencia (la clavó, todo sea dicho)
  • Dani Laseca: mi universidad (donde, por extrañas razones, aflora el fútbol y me escasa ambición económica)
  • Éttore Ravina: mi adultez (y mi profesión de farero poético o puerto clandestino)
  • Pablo Preciado: mi vejez (a la que se supone aún no he llegado ;-))
  • Carla Cabrera: mi muerte (con la valentía que supone lanzarse a algo así)

Me hizo gracia la descripción que me dio después Éttore sobre cómo había hablado con una IA para generar la portada, que obviamente creyó que mi nombre era italiano, además de su autodenominación como:

Grupo anodino de «homogéneos», «inconstantes» y «simpáticos».

Me pidieron hace un par de semanas que definiese «Su grupo» con tres adjetivos. Y elegí estos tres, pero aplicados al grupo, cabe matizar, pues no es que todas las personas que lo conforman sean homogéneas (consigo mismas), pero quizá es el más centrado alrededor de la media de edad, que ronda los 35 años, creo, pero con una pequeñísima desviación típica; ni todas las personas son inconstantes, pero el grupo es muy variable en cuanto a asistencia y compromiso con la poesía se refiere, aunque no con la ilusión, que siempre llevan puesta, constantemente.

En cuanto a «simpáticos», me permití la broma de puntualizar que me refería al grupo y no a los integrantes del mismo… pero porque sé que tienen un sentido del humor en el que esa broma no desentona. Tampoco afirmé que alguna de las personas que atiende no sea simpática… pero dejé en el aire la duda, supongo. 😛

He de añadir que es, quizá, el grupo más inesperado (no esperaba que se consolidase en el tiempo) que me haya encontrado, con un cariño personal que me enternece y me inspira, a su vez, cariño de vuelta (esta vez a cada una de las personas), un grupo generoso y divertido, gamberro, juguetón (aunque muy poco en su poesía) y con unas ganas de quererse que les puede convertir en una auténtica joya para la memoria… para esa vejez que pasaré recordándoles, antes de dar un salto cuántico y morir, feliz de haber vivido como quería vivir, libre y rodeado de poesía.

Se lo debo, en parte, a cada una de estas estupendísimas personas.

Apuntes para la presentación de Paraguas

Algunos apuntes que me sirvieron para tener algo interesante que decir durante la presentación del libro de haikus Paraguas, hace ya casi 3 años.

El abandono de lo in-útil

  • Utilidad versus inutilidad
  • ¿Existe lo in útil?

¿Cuándo un paraguas deja de ser
un paraguas? Referencia a Deconstrucción

  • La vejez
  • El consumismo
  • El desapego
    • ¿Cuándo un objeto tiene valor sentimental?
    • ¿Cuándo no?
    • ¿Y si todo lo tuviese?

Paraguas ROTOS -> Lo Roto.

  • La reparación
  • El uso de lo roto
  • La función (lo útil)

El jazz me producía aversión

Este texto, extraído de un libro de Hermann Hesse (El lobo estepario) que descuarticé para realizar un bonito regalo, me estaba esperando ahora que estoy a punto de comenzar un temático de Taller de Poesía Contemporánea basada/inspirada en la historia del Jazz.

Me encanta rescatar papeles casi de la basura para hacer fotografías de proximidad, llamadas «macro», que muestran con detalle la materialidad de la tinta, del papel, a veces con capacidad de apreciarse es mismo tejido que soporta el tejido (texto).

Pequeños placeres visuales.

Esto no es una broma