de papel higiénico
sobre la cisterna llena
oyen el agua
en la ventana
el viento sopla fiero
baten sus alas
pero no vuelan
por mucho que lo intentan
sobre mi almohada
tres rollos blancos
vigilan tazas blancas
de porcelana.
Diario
de papel higiénico
sobre la cisterna llena
oyen el agua
en la ventana
el viento sopla fiero
baten sus alas
pero no vuelan
por mucho que lo intentan
sobre mi almohada
tres rollos blancos
vigilan tazas blancas
de porcelana.
El cuadernillo
tras la pantalla plana
esconde letras.
La otra libreta
bajo el peso del mismo
rompe palabras.
Con las anillas
los cuatro cuadernitos
entrecruzados.
Unas postales
dormidas a sus pies
no tienen texto.
Nuestro sofá
en mitad de la estancia
irradia luz.
Una tarjeta
sustenta la mirilla
sin miramientos.
estáticas en la botella
las burbujas
esperan un segundo de vida
antes de salir al cielo
a morir.
Mi nacimiento
ese lugar sagrado
sin tu recuerdo.
Mi nacimiento
con ramos de mil soles
amaneciendo.
Mi nacimiento
soledades me llaman
desde el invierno.
Mi nacimiento
una cálida alfombra
bajo mi techo.
Mi nacimiento
lágrimas en la alcoba
sin luz ni dueño.
Mi nacimiento
una espiral de violencia
mata silencios.
Mi nacimiento
abrigando verdades
como el misterio.
Mi nacimiento
nacimiento arrobado
contra el apego.
Mi nacimiento
un olvido sin mente
y un mal agüero.
Mi nacimiento
la cama que habitaste
con nuestro cuerpo.
Mi nacimiento
la palabra perdida
entre estos versos.
En el silencio
las ramas del abeto
musitan muerte.
Y un par de experimentos con la m:
Mientras me muerdes
militantes masacran
mi masoquismo.
Modernos mundos
molestan machirulos
muy masculinos.
Cada mañana
la bandera italiana
ondea tranquila.
El traumatólogo
pide una resonancia:
Edema óseo.