Obviamente…

Obviamente, dice el artículo, la Wikipedia está pensada para satisfacer la curiosidad y el desconocimiento de los usuarios…

Es genial o deprimente, no sé muy bien, este tipo de errores que hace temblar ante lo que se avecina mediante inteligencias artificiales aún menos monitorizadas, si cabe, que quien haya tecleado este penoso artículo.

Y quizá acabemos encontrando una obra surrealista inintencionada, lo que no acaba de convencerme como obra, en una Internet 5.0 realizada por y para máquinas o personas a quienes no les importa absolutamente nada el rigor.

Presentación de Poseía Poesía

Hoy presento el libro-proyecto Poseía Poesía que he estado postergando (la presentación) desde una pandemia y cuarto.

La semana pasada estuve editando un vídeo para ayudarme en la presentación y no sentirme tan solo, con un proyecto-libro difícil de presentar: No se puede leer como si fuese un poemario convencional y no es puramente un libro de artista. ¿Qué es este libro? He preparado un texto de más de 8 páginas que seguramente leeré (parcialmente) para contextualizar una rareza de estas de la Poesía Programable que, quizá, no está encontrando el nicho de personas potencialmente interesadas.

Cuando el lenguaje inclusivo se vuelve ridículo

Hace tiempo que no discuto mucho sobre la diferencia entre género gramatical y género como identidad o expresión. Son discusiones muchas veces infructuosas y la mayoría de ellas algo hostiles. Así que no pasa nada por callarme y escribir lo que quiera, aquí, para mí mismo, como este pequeño divertimento realizado con un comando de linux (de unix, en puridad) con el que he sustituido todas las vocales a, o, á y ó por x, parodiando lo que una amiga había publicado en una red social.

Las familias haciendo malabares para garantizar que lxs pibxs tengan lo que necesitan. Lxs docentes hacen guardia también, por la escuela y por lxs chicxs. Lxs pibxs sostienen. Que esperan?! Agotarnxs para que levantemos y mantenerse en la postura intransigente de no reconocer que la comida que dan no alcanza?

Obviamente, no iba a escribirle un comentario que recalcase que se había pasado un poquito con este «agotarnxs«, pues no habría sido sino un «mansplaining» en toda regla, amén de un comentario altamente superficial que podía ahorrarme sin problemas, así que decidí reescribir el inicio de la Metamorfosis de Kafka para publicarlo en mi diario:

sed 's/[oaáó]/x/g' metam.txt > metxm.txt

Unx mxñxnx, trxs un sueñx intrxnquilx, Gregxrix Sxmsx se despertx cxnvertidx en un mxnstruxsx insectx. Estxbx echxdx de espxldxs sxbre un durx cxpxrxzxn y, xl xlzxr lx cxbezx, vix su vientre cxnvexx y xscurx, surcxdx pxr curvxdxs cxllxsidxdes, sxbre el que cxsi nx se xguxntxbx lx cxlchx, que estxbx x puntx de escurrirse hxstx el suelx. Numerxsxs pxtxs, penxsxmente delgxdxs en cxmpxrxcixn cxn el grxsxr nxrmxl de sus piernxs, se xgitxbxn sin cxnciertx. – ¿Qué me hx xcurridx?

Nx estxbx sxñxndx. Su hxbitxcixn, unx hxbitxcixn nxrmxl, xunque muy pequeñx, teníx el xspectx hxbituxl. Sxbre lx mesx hxbíx despxrrxmxdx un muestrxrix de pxñxs – Sxmsx erx vixjxnte de cxmercix-, y de lx pxred cxlgxbx unx estxmpx recientemente recxrtxdx de unx revistx ilustrxdx y puestx en un mxrcx dxrxdx. Lx estxmpx mxstrxbx x unx mujer txcxdx cxn un gxrrx de pieles, envueltx en unx estxlx txmbién de pieles, y que, muy erguidx, esgrimíx un xmplix mxnguitx, xsimismx de piel, que xcultxbx txdx su xntebrxzx.

Gregxrix mirx hxcix lx ventxnx; estxbx nublxdx, y sxbre el cinc del xlféizxr repiquetexbxn lxs gxtxs de lluvix, lx que le hizx sentir unx grxn melxncxlíx. «Buenx -pensx-; ¿y si siguiese durmiendx un rxtx y me xlvidxse de txdxs estxs lxcurxs? » Perx nx erx pxsible, pues Gregxrix teníx lx cxstumbre de dxrmir sxbre el lxdx derechx, y su xctuxl estxdx nx le permitíx xdxptxr txl pxsturx. Pxr mxs que se esfxrzxrx vxlvíx x quedxr de espxldxs. Intentx en vxnx estx xperxcixn numerxsxs veces; cerrx lxs xjxs pxrx nx tener que ver xquellx cxnfusx xgitxcixn de pxtxs, que nx cesx hxstx que nxtx en el cxstxdx un dxlxr leve y punzxnte, un dxlxr jxmxs sentidx hxstx entxnces. – ¡Qué cxnsxdx es lx prxfesixn que he elegidx! -se dijx-. Siempre de vixje. Lxs prexcupxcixnes sxn muchx mxyxres cuxndx se trxbxjx

Cuando escribir se vuelve un puro acto absurdo

Hace tiempo que se viene hablando de la capacidad «creativa» de las Inteligencias Artificiales, IA, para simplificar, porque siempre hay que simplificar, así que he decidido que la presentación del libro del viernes pasado puede que la haga mejor que yo una de estas IA.

Próximamente dedicaré un texto (escrito por mí, que soy una inteligencia no artificial, lo que podríamos denominar INA) sobre esa presunta creatividad de las IA, que implican un repensado de a qué le llamamos creación. Lo que siempre viene bien: repensar.

Este es el texto generado por una Inteligencia Artificial a modo de ensayo argumentativo dado el título del libro:

Lo concreto son las nubes

Las nubes son una fuente de debate constante. Algunas personas creen que las nubes son solo vapor de agua, mientras que otras piensan que juegan un papel importante en el mundo. Las nubes son una forma de precipitación que se puede ver en el cielo. Las nubes están formadas por vapor de agua y una variedad de otros gases. La gente a menudo encuentra que las nubes son hermosas, pero algunos no están de acuerdo. Las nubes bloquean el sol y pueden hacer que las temperaturas disminuyan. También crean patrones meteorológicos y afectan el clima de nuestro planeta.

Párrafos del cuerpo: Las nubes son parte de la atmósfera y forman parte del cielo. La atmósfera es la capa de gases que rodea la tierra y es crucial para la vida en la tierra. Gran parte de la atmósfera está bajo tierra, por lo que no podemos verla con nuestros ojos. Sin embargo, podemos detectarlo con nuestros sentidos y usarlo para comprender el mundo. La atmósfera es fundamental para la vida tal y como la conocemos, ya que nos protege de la radiación solar y nos proporciona el oxígeno necesario. Las nubes son esenciales para protegernos de la radiación solar, ya que bloquean algunos de los rayos nocivos del sol. Nuestro planeta sería muy diferente sin nubes; habría demasiada luz solar y el mundo se volvería inhabitable.

Las nubes también ayudan a protegernos del exceso de luz solar y mantienen fresco el planeta. Las nubes ayudan a reflejar la luz del sol hacia el espacio, creando lo que se conoce como efecto invernadero. Esto ayuda a mantener el planeta a una temperatura agradable para nosotros. Sin nubes, habría demasiada luz solar y el mundo se volvería inhabitable. Las nubes también son útiles para crear lluvia, lo que ayuda a mantener la vida en la tierra. Cuando miras hacia el cielo por la noche, en realidad estás mirando el vapor de agua creado por las plantas durante el día. Estas nubes retienen suficiente agua para crear precipitaciones cuando pasan a través de nuestra atmósfera, creando la lluvia que sostiene la vida en la tierra.

Aunque las nubes pueden ayudar a protegernos de la dañina radiación solar y crear precipitaciones, también pueden afectarnos negativamente. Sin nubes, habría demasiada luz solar y el mundo se volvería inhabitable. Las nubes también crean patrones climáticos que pueden causar problemas a los habitantes de nuestro planeta. Por ejemplo, cuando los ciclones tropicales ocurren en áreas donde no hay nubes que bloqueen la luz del sol, pueden devastar regiones enteras y causar muerte y destrucción a gran escala.

Por otro lado, algunas personas piensan que las nubes son solo agua. vapores en el aire y no tienen ningún efecto sobre el clima de nuestro planeta. Otros no están de acuerdo y piensan que las nubes juegan un papel vital en el clima del mundo. Las nubes mantienen el mundo fresco al reflejar la energía del sol hacia el espacio. Si no hubiera nubes en nuestra atmósfera, estaríamos expuestos a demasiada luz solar y, como resultado, nos recalentaríamos muy rápidamente.

En general, las nubes son una parte vital del ecosistema de nuestro planeta y juegan un papel importante en la protección de la radiación solar y la creación de precipitaciones. Sin embargo, pueden afectarnos negativamente al bloquear demasiada luz solar o causar problemas de lluvia al crear tormentas eléctricas o huracanes. Sin embargo, a pesar de estos problemas, todavía tienen un papel esencial en la protección de la radiación solar dañina y la creación de precipitaciones, por lo que debemos respetarlos como una parte esencial del ecosistema de nuestro planeta a pesar de sus efectos negativos sobre nosotros.

Presentación de un lingote de poesía

Recital y Presentación del libro

Lo concreto son las nubes

Habrá francachela y también comilona.

Será divertido y sorprendente, pero no podemos ni queremos hacer spoiler. Tendrás que venir a verlo.

La Asociación Cultural Clave 53 tiene el honor de poder invitarte a la presentación del libro colectivo editado por Giusseppe Domínguez a partir de los Talleres de Poesía y Escritura Creativa.

Ha sido escrito por Javier Jiménez, Sara Mansouri Bellido, Ester Morales García, Anita Ges, Pablo Velado Pulido, Ernesto Pentón Cuza, Isabel Jiménez Moreno, Grace Chacón, Raquel Gómez, Andrea Vidal Escabí, Susana Olalla Serra, Yolanda Jiménez, Mónica Rubio Jara, Eva Obregón Blasco, Javier Villa, María Jesús Orella, Armando Silles McLaney, Sofía Kosenko, Wilfredo Puignau, JMariano Velázquez, Vanessa López, Francisco Domínguez Agudelo, Carmen Lucía Noriega Montoya, Tanja Ulbrich e Inmaculada Sánchez Costa.

La presentación tendrá lugar en la Carpa del Circo Carampa, en Madrid, el sábado 1 de octubre de 2022 a las 19:00.

Paseo Nuevo, 12 del 4 de 19XX

Es difícil por no decir imposible rescatar de debajo de la mesa estos textos decimonónicos, tan manidos y llenos de plenonasmos que dan verdadero asquito, por no mencionar el latente sexismo que hoy no se escaparía sin podar.

Tragicomedia que nunca ocurrió:

Apoyado en la roca vieja del Paseo Nuevo absorto y cabizbajo mecido por el bravo mar por compañero, percibo la voz cálida que me acaricia el alma comprobando al darme la vuelta que el soporte es el de una lindísima joven (20 años, claro) que me clava sus verdes ojos como mares esperando respuesta a su – ¿te encuentras bien?

Yo no salgo de mi asombro y le pregunto tan lleno de estupidez como entusiasmo:

– ¿Estoy en el cielo y tú eres un ángel?

Se ríe con esa risa que recuerdo haber visto y con esos ojos llenos de vida mientras contesta:

– No. Estás en Donosti.

Y entonces la comprensión de mi ridículo, el análisis de mi estupidez me hacen decirle:

– Entonces, seguro que tienes novio.

Sonríe abiertamente, dice – Pues sí – y sigue su camino.

Quijote milenial

CAPÍTULO EN PLAN PRIMERO

O sea, que trata de la condición y ejercicio del famoso, en plan, y valiente hidalgo, o sea, don Quijote en plan de la Mancha.

En un lugar de la Mancha, o sea, de cuyo nombre no quiero acordarme, en plan no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo, o sea, de los de lanza en astillero, en plan adarga antigua, o sea, rocín flaco y en plan galgo corredor. O sea, una olla de algo más vaca que carnero, en plan salpicón las más noches, o sea, duelos y quebrantos los sábados, en plan lantejas los viernes, o sea, algún palomino de añadidura en plan los domingos, consumían, o sea, las tres partes en plan de su hacienda. El resto, o sea, della concluían sayo de velarte, en plan calzas de velludo para las fiestas, o sea con sus pantuflos de lo mesmo, y en plan los días de entresemana, o sea se honraba con su vellorí en plan de lo más fino. O sea, tenía en su casa en plan una ama que pasaba de los cuarenta o sea y una sobrina que, en plan no llegaba a los veinte, y un mozo o sea de campo y en plan plaza que así ensillaba el rocín, o sea, como tomaba la podadera. Frisaba la edad en plan de nuestro hidalgo con los cincuenta años. O sea, era de complexión recia, en plan seco de carnes, o sea enjuto de rostro, en plan gran madrugador, o sea y amigo de la caza. Quieren decir, en plan que tenía el sobrenombre de «Quijada», o sea o «Quesada», en plan que en esto o sea hay alguna diferencia en plan en los autores que deste caso escriben, o sea aunque por conjeturas verisímiles se deja entender que se llamaba en plan «Quijana». O sea, pero esto importa poco a nuestro cuento: en plan basta que en la narración dél no se salga un punto, o sea, de la verdad.

Es, pues, en plan de saber que este sobredicho hidalgo, o sea los ratos que estaba ocioso —que eran en plan los más del año—, se daba a leer libros o sea de caballerías, en plan con tanta afición y gusto, que olvidó o sea casi de todo punto el ejercicio en plan de la caza y aun la administración de su hacienda; o sea llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, en plan que vendió muchas hanegas o sea de tierra de sembradura en plan para comprar libros de caballerías en que leer, o sea y, así, llevó a su casa todos en plan cuantos pudo haber dellos; y, de todos, o sea ningunos le parecían tan bien como los que compuso en plan el famoso Feliciano de Silva, o sea porque la claridad de su prosa o sea y aquellas entricadas razones en plan suyas le parecían de perlas, o sea y más cuando llegaba a leer aquellos requiebros y en plan cartas de desafíos, donde o sea en muchas partes hallaba escrito: «La razón en plan de la sinrazón que a mi razón, o sea, se hace, de tal manera mi razón en plan enflaquece, que con razón me quejo, o sea, de la vuestra fermosura». Y también en plan cuando leía o sea: «Los altos cielos en plan que de vuestra divinidad en plan o sea divinamente con las estrellas os fortifican o sea y os hacen merecedora del merecimiento en plan que merece la vuestra grandeza…»

O sea, con estas razones en plan perdía el pobre caballero el juicio, o sea, y desvelábase por en plan entenderlas y desentrañarles el sentido, o sea que no se lo sacara ni las entendiera el mesmo Aristóteles, en plan si resucitara para solo ello. O sea no estaba muy bien con las heridas en plan que don Belianís daba y recebía, o sea porque se imaginaba que, en plan por grandes maestros o sea que le hubiesen curado, no dejaría de tener en plan el rostro y, o sea, todo el cuerpo en plan lleno de cicatrices y, o sea, señales. Pero, con todo, en plan alababa en su autor aquel, o sea, acabar su libro con la promesa en plan de aquella inacabable aventura, o sea y muchas veces le vino deseo de tomar en plan la pluma y dalle fin al pie de la letra o sea como allí se promete; y sin duda alguna lo hiciera, y aun en plan saliera con ello, si otros mayores y, o sea, continuos pensamientos no se lo estorbaran. Tuvo muchas veces en plan competencia con el cura de su lugar —o sea que era hombre docto, en plan graduado en Cigüenza— o sea sobre cuál había sido en plan mejor caballero: o sea Palmerín de Ingalaterra o en plan Amadís de Gaula; mas, o sea, maese Nicolás, barbero del mesmo pueblo, en plan decía que ninguno llegaba al Caballero del Febo, o sea y que si alguno se le podía comparar era en plan don Galaor, o sea hermano de Amadís de Gaula, porque tenía en plan muy acomodada condición para todo, o sea que no era en plan caballero melindroso, o sea ni tan llorón como su hermano, y que en lo de la valentía, o sea, no le iba en plan zaga.

[…] O sea, continuará en plan…

«Negro» literario

He recibido una propuesta laboral relacionada con encargos para escribir textos de los que no me siento especialmente orgulloso, pero que son acordes con el objetivo de quien desea contratar mis servicios.

El otro día, durante una amistosa conversación algo acalorada con mi familia con motivo del quincuagésimo sexto aniversario de boda de mis padres, me recomendaban que rentabilizase mi relación con ese cliente que podría acrecentar mi fama allende lo que yo puedo lograr por mis propios medios. Sin embargo, mi opinión era que no quería aparecer con mi propio nombre en esas publicaciones, pues no es un texto del que me sienta especialmente orgulloso (como ya dije).

Repentinamente fui consciente de que quizá esa expresión tan poco siglo XXI, como es la de «negro» literario, igual no tiene que ver con la explotación, sino con la invisibilidad. Incluso una invisibilidad deseada por el autor. Aunque de no ser así, de no ser deseada sino ocultación intencionada por la parte contratante, es una forma en la que la invisibilidad se tiñe de explotación. Quizá de ahí el paralelismo inapropiado con lo que vivieron los millones de seres humanos en la lamentable historia de la esclavitud y la trata de personas.

En absoluto es el caso del que se trata en mi posible contratación: Siento que no quiero ser visto, que deseo la mayor opacidad en cuanto a la autoría de mis textos para este fin destinados, o incluso la más pura transparencia, para que quede a manos de quien paga por el texto, sin quedarse la rúbrica de mi firma.

Vantablack
De Surrey NanoSystems – Surrey NanoSystems, CC BY-SA 3.0,
https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=34139562

Quizá por ello recordé el material que pretende ser el más negro de los existentes, en el sentido de no reflejar absolutamente nada de radiación, limitándose a reflejar un 0,01% de emisión de la radiación recibida.

El Vantablack es una especie de «bosque» de nanotubos verticales que están en crecimiento. Cuando la luz alcanza el material, en lugar de reflejarla, queda atrapada siendo continuamente desviada entre los nanotubos de una forma alotrópica del carbono.

También me acordé del nombre no muy afortunado dado a la «materia oscura» o la «energía oscura», que deben su nombre, no tanto al anonimato, sino a su inexistente relación con la radiación electromagnética. Al menos que se haya observado hasta ahora.

Un paseo por las nubes

Llegar al Hotel Corzo es, como dice su web, un nuevo concepto de escapada, porque no se escapa solo del mundanal ruido de la ciudad, sino que se llega a un lugar donde el cuidado está en todo pequeño detalle, en cada una de las sonrisas de los y las personas que trabajan este negocio de manera familiar, pero sin perder la calidad de lo que encontraríamos en un hotel de cinco estrellas, o en un restaurante de estrellas Michelín (Sí, comí una vez en uno en Segovia y su nivel no era mucho mayor que esta cocina).

El chef, Gonzalo Quintana Trigo, prepara joyas gastronómicas en una cocina de autor cuya carta tiene unos precios más que razonables (comimos como pocas veces en la vida por unos 70€/dos personas, botella de vino incluida) y una variedad que seguro que seduce a cualquiera.

Y no, no son solo las vistas lo que enamora de este espacio, como sería previsible en un enclave como el Puerto de Navacerrada, sino la atención, la delicadeza, la gentileza, la amabilidad de la familia que ha decidido invertir su trabajo y su saber hacer en relanzar el antiguo Hostal El Corzo, (carpetovetónico en varios sentidos) que ha llenado el nuevo hotel con libros de física, de poesía, de turismo, sí, también de turismo, en un intento de conseguir que, realmente la escapada no sea sólo una forma de huir, sino una forma de llegar, no un lugar en el que consumir, sino un lugar para habitar, para recordar (de cardio, corazón), para volver, volver, volver…

Aunar en un espacio simpatía, tranquilidad, suprema comida y lecturas inteligentes, a un precio más que justo, hacen que te olvides hasta del hecho de que estás en un entorno maravilloso.

Por mi parte, ya estoy ahorrando para repetir ese «nuevo concepto de escapada» al menos una vez al año.

De esas cosas que nunca olvidaré.

Esto no es una broma