Vanidad, vanidad, todo es vanidad

ECLESIASTÉS
O EL PREDICADOR

Capítulo 1

Todo es vanidad
1:1 Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén.
1:2 Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.

Sí, con una cita de la biblia, para que luego nadie diga que no tengo en cuenta ese libro, en este caso disponible en una web llamada iglesia.net.

Eso es lo que me ha hecho recordar un pequeño acontecimiento que he vivido en una red social entre ayer y hoy: Estoy pensando en transformar el formato del Tractatus Logico-Philosophicus de Ludwig Wittgenstein para adaptarlo a un formato de mapa mental. Para mí, es la herramienta que habría deseado utilizar el pensador austriaco (corrección de mi amiga María, que me hizo ver que en otra entrada había errado diciendo que era alemán, cuando solo es alemán en cuanto al idioma que maneja, y puede que, teniendo en cuenta la diferencia dialectal, ni siquiera así).

Para ello, he buscado varias traducciones, partiendo de la que tengo en papel prestada por mi amiga, a quien se la había prestado su padre, a quien se la había prestado la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense de Madrid. Es una edición bilingüe de Alianza Editorial de 1973, con una traducción basada en una realizada para la Revista de Occidente de 1957, creo que por el ínclito Enrique Tierno Galván. Tengo otras, como la que aparece en la Wikipedia, cuyo traductor parece ser un generoso contribuyente habitual de Wikisource, llamado Luis Osa, que reconoce errores en su versión, con humildad, como debe hacerse.

A través de su perfil de usuario en Wikisource, me encuentro que está interesado en Filosofía, Matemáticas, Física, Computación y Música. Esto me hace sentirme un poco menos raro de lo que suelo sentirme habitualmente. Hay alguien ahí, al otro lado de algún espejo, que tiene una mente tan dispersa como la mía. Me encanta saberlo.

Tractatus

Y aún hay más: referencia una página en la que está el Tractatus en una forma en la que vengo concibiéndolo desde que lo hojeé por primera vez. El problema es que está en alemán y además en un único formato. Quiero poder tenerlo en un formato genérico (tipo XML) que pueda generar diferentes disposiciones espaciales. También se trata de realizar un ejercicio de utilización del FreeMind para poder mostrarlo como ejemplo en un eventual taller dedicado a la generación de Mapas Mentales.

Pero el motivo de esta entrada era la vanidad…

Y es que ayer, queriendo preguntar a varias personas sobre cuál de las traducciones les parece más acertada, me incliné a enviar un par de emails (uno a María, quien me había prestado el libro en papel) y a publicarlo en mi perfil de FaceBook amén de en la revista Filosofía Hoy.

Publiqué lo siguiente:

(Punto 1 del Tractatus Logico-Philosophicus de Ludwig Wittgenstein)

1 Die Welt ist alles, was der Fall ist.
1 El mundo es todo lo que acaece.
1 El mundo es todo lo que es el caso.

1.1 Die Welt ist die Gesamtheit der Tatsachen, nicht der Dinge.
1.1 El mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas.
1.1 El mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas.

1.11 Die Welt ist durch die Tatsachen bestimmt und dadurch, daß es alle Tatsachen sind.
1.11 El mundo está determinado por los hechos y por ser todos los hechos.
1.11 El mundo es determinado por los hechos, y porque éstos sean todos los hechos.

1.12 Denn, die Gesamtheit der Tatsachen bestimmt, was der Fall ist und auch, was alles nicht der Fall ist.
1.12 Porque la totalidad de los hechos determina lo que acaece y también lo que no acaece.
1.12 Puesto que la totalidad de los hechos determina qué es el caso, y también lo que quiera que no sea el caso.

1.13 Die Tatsachen im logischen Raum sind die Welt.
1.13 Los hechos en el espacio lógico son el mundo.
1.13 Los hechos en el espacio lógico son el mundo.

1.2 Die Welt zerfällt in Tatsachen.
1.2 El mundo se divide en hechos.
1.2 El mundo se divide en hechos.

1.21 Eines kann der Fall sein oder nicht der Fall sein und alles übrige gleich bleiben.
1.21 Una cosa puede acaecer o no acaecer y el resto permanece igual.
1.21 Cada objeto puede ser el caso o puede no ser el caso mientras todo lo demás se mantiene igual.

____________________________________
Alguien que sepa alemán y, preferiblemente también filosofía:

¿prefieres la primera o la segunda traducción?

Gracias!

Yo tenía predilección por la primera, que es la que está basada en la de Tierno Galván, pero me gustaba saber si la primera podía usarse sin perder calidad, que era la que había realizado Luis Osa en Wikisource, sobre todo por una cuestión práctica: ya la tenía en un formato más sencillo de manejar, en HTML. Quería ahorrarme algo de tiempo… Sin embargo, varias personas me indican que prefieren, también, la primera. Así que, no encontrando otra, seguramente me decantaré por esta.

Pero (y aquí reaparece lo de la vanidad) lo que más me impactó es que una persona que no conozco, me hace un comentario laudatorio en la consulta lanzada en FH:

Sebastián Agulló: Yo sé alemán, «algo» de Filosofía, y a ti te sigo porque eres un crack. Me quedaría con la primera traducción, me parece más rigurosa y aférrima a lo que quiere «decir» el germano. Un abrazo, mostro.

Como yo, comete el error de creer que Wittgenstein es germano, así como realiza una aférrima afirmación que aún no comprendo. Supongo que quiso decir acérrima, pero poco importa. Con lo que me quedé es con el laudo, el que me dijese que me sigue, que considera que soy un crack, un mostro… y no pude por menos que sentir cierta alegría, que, poco después, reconocí como vanidad, porque todo es vanidad…

Sí, soy vanidoso, lo sé… si no, ¿qué haría escribiendo un diario público?

Y ahora entiendo que El Eclesiastés hable de El predicador, pues es él, el predicador, el que es vanidoso, como yo, y predica, como yo, desde su pedestal.

Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.

Hablaba de sí mismo, no de otros. Ahora todo cobra un sentido diferente. Así, puede ser más divertido (por decirlo de algún modo) acercarse a releer la Biblia.

La enfermedad

No puedo
no tengo fuerza
o estómago
o
empatía
o nada….
no soy humano
o
en ocasiones
no deseo serlo
porque
me gana
la enfermedad
propia
y
ajena.

Vivir bien
o morir.

Soy intolerable
y radical
quiero ser alma pura
sin mácula
sin sangre
ni vísceras:

Poema lírico
bucólico.

Me avergüenzo de tanta debilidad
y tanto ego en la sala de espera

a punto de vomitar.

¿Hoy es festivo?

Hoy no sé a qué atenerme. Por un lado tengo una reunión, tengo clases de mis talleres de poesía, tengo cosas que indican que hoy no es un día festivo. Pero por otro lado tengo la mañana libre, toda la mañana y no sé qué hacer. Preferiría tener liberada la tarde, para por lo menos tener la sensación de que no queda nada por hacer después de haber hecho lo que tenga o tuviera que hacer.

Vaya, ni siquiera he determinado si hoy corresponde hacer este blog o no. Así que escribo esta entrada que no tiene ningún valor, que es un desesperado intento por escribir sin escribir. Vencer una contradicción… ¿Pero cuántas palabras deben usarse en una composición vacua?



Machismo positivo

– ¡Qué bien baila
para ser un chico!

– Ya habríamos querido
tener un chico como este
que bailase
y fuese divertido
sin tremendo
sentido del ridículo.

– Pues yo creo que es
demasiado activo
o competitivo
o algo
que explica
por qué no para de bailar.

– ¡Mira, mira, mueve la cadera!
Porque en las chicas es normal
pero no hay muchos chicos
así.

– Pero también juega al fútbol
¿sabéis?

– Va a tener muchas
pero muchas novias
y se las va a llevar de calle.

– No canta muy bien, pero bueno.

– Ahora te toca ser María
o cámbiate de lado
para ser el chico.

– Eso, eso, mejor cámbiate de lado
y sé un chico.

– Y así Lucía puede ser chica.

Esa y pocas más fueron las únicas menciones a una de las 3 chicas que no paraban de bailar, de cantar, de moverse, de contonearse, de juguetear… pero, en ellas, es tan normal que no es noticia. Yo me imaginaba lo raro que debía sentirse aquel chaval sabiéndose motivo de risas, motivo de exclamaciones y asombros, de exaltación de sus inesperadas habilidades como macho. Supongo que es de agradecer que nadie le prohibiese hacerlo, pero habría sido aún más de agradecer que hubiésemos sido capaces de normalizar algo que estaba claro que él, aquel muchacho, no tenía ninguna razón para pensar extraño.

Francisco I

El otro día comenté en una red social
que Francisco I
es mi padre.

Con ello estaba jugando a afirmar
que el único que reconozco
con la autoridad
suficiente
para tener el título real
es a Francisco
Domínguez Núñez
es decir
mi padre.

Gran cantidad de gente
se apresuró a suponer
que me refería al recientemente
elegido por dios
como papa de la iglesia católica apostólica
y romana
pero nada más lejos de la realidad.

Nadie supuso que cuando pienso en
Francisco I
el primero en el que pienso
es el franco rey francés
que le plantó cara a un tal Carlos
quinto o primero
según se mire.

Pero
si tuviese que elegir a uno
como el número uno
de los franciscos
que conozco
y re
conozco
como rey del reino en el que habito
sería
mi padre.

Hay que ver qué cantidad de comentarios
suscitó una entrada semejante
y los pocos que genera
una entrada larga y de descripción detallada
de algún problema sin solución
o el enunciado
del principio de máxima multiplicidad de Hund
por poner un ejemplo.

¿Por qué?

Belleza violenta

Hay una mujer en facebook
cuya belleza me parece
diría
violenta.

Está entre mis amigos o amigas
y siento reparos de comentar
sus comentarios
pensando
que pensará
que lo hago porque me parece
violentamente atractiva
o sexy.

Seguro que entre sus más de 4000 amigos
y amigas
alguno (y alguna) habrá que
como yo
se ruborice de pensar en ella
de maneras que casi podríamos considerar
inapropiadas
y es probable
incluso
que a ella no le desagrade
la idea
pero a mí me resulta violento
comprobar
que miraría sus fotos buscando motivos
para excitarme
aunque suelen ocasionarme más turbación
que otra cosa.

Recuerdo la adolescencia
y miradas de soslayo
a chicas a las que no deseaba mostrar
que las miraba:
aprendí pronto mis primeras clases de moderación
o represión
o autocensura.

Afortunadamente
tengo una pareja lo suficientemente segura de sí misma
como para poder hacerlo
ahora
sin que ella piense que he dejado de amarla.
(este párrafo es casi una explicación, una justificación:
una basura).

Sé que es consciente de su violenta belleza
hasta el punto de presumir de ser modelo
a tiempo parcial
y escritora
y seguro que más de un admirador
y admiradora
de sus textos
escuchan el latir de sus párpados
casi tanto como el de sus palabras
y es cuidadosa
aunque no lo parezca
de su intimidad
en una red social
en la que eso apenas existe
a duras penas
asegurándose de personalizar
el grado de accesibilidad de cada una de sus imágenes
a los mortales
y las mortales
e incluso
puede
a algún inmortal
o alguna.

Pero también me pregunto
si tiene instalado algún programa
o aplicación
de seguimiento de visitas de su perfil
que yo ni sepa que existe
como cuando siento
que una chica a quien miro en el metro
me observa sin que me dé cuenta
en algún reflejo
o de alguna otra manera.

Y vuelvo a pensar
en ser visto
mientras veo
en una lucha que supongo
deben de tener todos los voyeurs (o mirones o mironas)
del mundo.

Me avergüenzo
y
al mismo tiempo
no deseo evitar
seguir mirándola.

Me tiene atrapado con violencia
su belleza.

No te rindas

no te rindas

Soy un poco excesivamente crítico: veo este mensaje en una fotografía en una reputada red social y lo único que se me ocurre pensar es: sobra el nunca.

Sé que es deformación profesional, quizá, de escuchar, en mis talleres de poesía, calidad muy superior a la media de la expresión convencional, pero tampoco es para olvidar lo bonito del mensaje sin tanto análisis.

No sé dominar o apaciguar mi hemisferio racional, analítico y dejarlo dormir un rato mientras veo estas imágenes con eslóganes más o menos trillados y, además, redundantes. Pero creo que eso es justo lo que me convierte en buen coordinador de talleres literarios: este hemisferio trabaja dejando de lado el sintético o creativo, usándolo para cuando es estrictamente necesario, permitiendo que otros y otras lo desarrollen sin tener que atender a sus análisis.

Y esta deshumildad la afirmo hoy, después de que ayer estuviese en depresión (una bastante cíclica) por las bajas de mis alumnos de talleres de escritura que siempre (también innecesario, salvo por su valor enfático) me hacen cuestionarme, cuestionar si merece la pena defenderlos, si tiene sentido seguir luchando, si no sería más fácil y más cómodo rendirse, por fin, rendirse por algo que parece, en ocasiones, evidente: no interesan.

O no interesan los talleres que imparto o coordino o no interesa la forma en la que los hago o no interesa la manera de apuntarse, de inscribirse, de comenzarlos… desde hace casi 10 años me pregunto esto una y otra vez sin encontrar respuesta y sin que, en el fondo, me preocupe: los hago porque me apetece, los lucho y defiendo tal y como son porque es como desearía que fuese aquel al que apuntarme. Pero no todo el mundo es como yo.

Algunos días, el bajón es tal que casi me rindo… pero luego, después de una clase, una alumna/amiga me dice: «me cuesta salir del taller, me cuesta irme sin ti» y entonces todo vale la pena. En el fondo de mi corazón (o alguna otra víscera) se me arranca una lagrimita que me ilusiona de nuevo.

No, no me rindo. (¿Nunca?)

Carteles e imágenes subliminales

hansel y gretel Cartel completo

hansel y gretel detalleNo sé si es que estoy muy salido (que creo que no) o que la publicidad sigue jugando con lo más básico de la sexualidad para resultar captora. El otro día, caminando por el metro, me encontré con este cartel y no pude evitar fijar mi atención en ese detalle que, espero, resulte evidente. Buscándolo ahora en internet, para esta entrada, me encontré otra imagen de no menos carga erótica… Es fuerte, ¿no?

hans_gret

Después de esto, recuerdo unas fechas en que di clases de diversas materias a una alumna que, según ella, quería ser policía para pegar a los negros. Le mostré, en una de las clases, esto de la publicidad subliminal, de la potencia de las imágenes, de la capacidad de generarlas o modificarlas, como cuando la llevé a ver una exposición de Chema Mádoz en la Fundación Telefónica y salió tan emocionada, tan conmocionada, diría, que decidió cambiar de futuro y dedicarse al diseño gráfico. Ahora trabaja en la imprenta de su familia como tal. Me da miedo pensar que debajo del cambio, siguió siendo la que deseaba pegar a los negros… Pero sonríe más y eso, siempre, me parece muy buen síntoma.

Entradas preparadas como comida congelada

Hay algunos días que tengo poco tiempo para escribir en el blog y me encantaría tener, para esos días, entradas preparadas, algo así como hoy que llegábamos tarde a comer a casa y saqué, previamente descongelada, una comida que había precocinado el sábado para evitar que se estropease la carne picada.

Hoy simplemente tuve que microondear la carne sofrita junto al tomate y la cebollita, disolver unos polvos deshidratados de puré de patata que, sometidos a la radiación correspondiente, dieron lugar a un jugoso puré con el que cubrir el sofrito. Añadí unas virutas de queso enmental y lo metí al grill. Salió el pastel del carne que ya describí, y estaba rico, no obstante no haber sido hecho en este mismo día completamente.

La comida estuvo preparada en menos de 15 minutos sin esfuerzo.

A veces me gustaría tener algo preparado para este blog y no hacer entradas estúpidas, vacuas, como la de hace una hora, para no dejar el hueco de un día sin escribir en mi calendario.

Hummm… y esto que estoy haciendo ahora mismo, ¿no es una entrada vacua?

Milonga Excepcional

Ayer estuve trabajando para Carmen como diseñador gráfico. No es algo que tenga entre mis profesiones más remuneradas, teniendo en cuenta que nunca he cobrado por ello, pero alguna vez sí me he ahorrado un poquito. En este caso, se lo he ahorrado a alguien a quien quiero.

Milonga Excepcional

Convoca Asociación Cultural Clave 53 | Música por Carmen de la Rosa

Eso sí, el diseño se hizo con la estricta utilización de herramientas de software de código abierto, (en este caso GIMP, sobre Linux Mint) gratuitas, generosamente desarrolladas por gente que no cobra por ello, en la mayoría de los casos, y que permite ahorrar dinero a muchas personas a quienes quieren. ¡Qué maravilla de gente hay por el mundo!

(Se nos olvida a veces, viendo la televisión, pero preciso es recordarlo cada día: la mayoría de la gente es «buena«)

Esto no es una broma