De competencias y otras memeces

Abe Rosenthal, vicepresidente de Cordish, y Joseph Weinberg, socio del grupo con sede en Baltimore (Maryland, EE UU), han insistido mucho en diferenciarse del fracasado proyecto Eurovegas, que apadrinaba el magnate de los casinos Sheldon Adelson. En primer lugar, han dejado claro que, aunque incluye salas de juego, no habrá casinos propiamente dichos. Según ha explicado Weinberg, solo entre un 5 y un 10% de la superficie del complejo estará dedicada al juego.

Esto lo van a abrir un miércoles, sí, también los miércoles, independientemente de que tú, querida Carmen, abras tu milonga. No entiendo cómo han sido tan osados de no preguntarte antes de abrir. No puedo entenderlo. ¡Qué competencia más desleal!

Lo peor es que estará lleno casi todos los días, que recibirá, si no ayudas directas de la administración, sí eliminación de todas las trabas que requieran. Por que el dinero ayuda a recibir ayudas. Y sí, estimulará la economía… pero sólo la economía. De lo demás ni hablamos, ¿verdad?.

Pues así están las cosas… Eurovegas o CordishBingo, no piensan en competencia, porque saben que el dinero mueve montañas.

Car2go

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Ya me he dado de alta con Car2go. Quizá porque pensaba que me podía ser útil y, definitivamente, porque creo que la forma en la que la ciudadanía debe desplazarse por un lugar tan hiperpoblado como Madrid (o cualquier otra ciudad que sobrepase el millón de habitantes) debe cambiar con urgencia para mejorar la calidad de vida y, también, sí también, para aumentar la eficacia de los desplazamientos.

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No obstante, sigo sintiendo que esta ciudad en concreto es pequeña y caminable, lo que hace que el uso de coche, incluso de este tipo de coches, es algo ineficaz de por sí. Y lo voy comprobando poco a poco:

Gestioné el alta hace casi un mes y lo he usado en dos ocasiones, y esforzándome, después de un frustrante primer intento en el que no logré que se pusiese en marcha el vehículo. Parece ser, después de la llamada de rigor al servicio de atención al cliente, que tienen algo de truco, pues no siempre arrancan a la primera, a pesar de que se sigan a rajatabla las indicaciones.

No me di por vencido y volví a intentarlo, entre otras cosas porque en con el alta, que cuesta 9€, te «regalan» 15€ en minutos para practicar y no protestar (ahora comprendo). El sábado de la semana pasada, Carmen y yo fuimos a la exposición de una alumna mía (Kay Woo) en el Museo Tiflológico de Madrid, que está situado en la calle Coruña, cerca del metro Tetuán. Una obra fantástica, un museo formidable y una alumna… magistral.

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Dado que la línea 1 no estaba operativa, el trayecto que habríamos hecho habitualmente, desde nuestra vivienda en el centro de Madrid hasta allí habría sido mucho más complejo que un simple GranVía-Tetuán. Caminando es una tiradita y en autobús la combinación es casi imposible o tarda cerca de una hora. Debíamos haber optado por un transbordo haciendo la combinación Noviciado-Cuatro Caminos (L2) X Cuatro Caminos-Tetuán (L1).

Es decir, que nos decidimos a retomar el intento de gastar los 15€ que tengo en mi cuenta de Car2go y buscamos un coche cerca de nuestra casa.

He aquí uno de los primeros inconvenientes de la app para quienes vivimos tan céntricos como nosotros: en la zona centro casi no hay coches disponibles nunca en un radio de menos de 10 minutos, lo que hace que sea muy poco práctico para nosotros, puesto que en esos 10 minutos ya estamos muy cerca del destino, eso teniendo problemas de transporte, como era el caso.

Excepcionalmente, siendo sábado por la mañana, había un vehículo a unos 7 minutos caminando.

Tras unos breves y torpes comienzos, conseguí ponerlo en marcha, ya sabiendo que había que llamar desde dentro del coche si había algún problema y nos pusimos a conducir.

El coche se conducía bien, eléctrico, hace poco ruido, pequeño y manejable y las velocidades que maneja son las adecuadas para tráfico urbano, así que sin ningún problema llegamos en unos 30 minutos, tras aparcar en un lugar permitido de los de zona verde sin restricciones de aparcamiento por carga-descarga.

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Por supuesto, con mi falta de experiencia conduciendo por ciudad, hacerlo un día de diario con mucho tráfico no se me pasa por la cabeza, pues la cantidad de estímulos que aparecen en la conducción me parecen un contraestímulo para el deseo de conducción, pues noto la probabilidad de ser afectado por alguno de ellos: Pequeños accidentes, rozaduras, abolladuras, frenazos, infracciones de reglamento…

A pesar de que se reduce enormemente la responsabilidad con respecto a la que hay que tener al usar un coche en propiedad, no deja de ser exigible una responsabilidad de conductor que me parece una pérdida de libertad de opciones (por ejemplo, limita las posibilidades de ingerir bebidas alcohólicas, entre otras cosas).

No quiero ni pensar en las posibles pesadillas que pueda ocasionar el ser «responsable» de algún desperfecto en el vehículo, directamente o no, causadas por la conducción o no apreciadas y correctamente verificadas al aceptar el uso del mismo. ¿Qué pasa si, en un despiste, aceptaste que el coche no tenía ningún daño y tras el uso que haces del mismo, el siguiente usuario reporta un nuevo daño? ¿Se te imputa el mismo?

Ayer, volvimos a hacer uso del tiempo remanente (ya sólo me quedan 14 minutos) viniendo desde las proximidades de la calle General Rodrigo, donde fuimos a hacer unas revisiones oftalmológicas y dermatológicas para Carmen (su dermatóloga es extremadamente guapa y simpática, sin que venga en absoluto a cuento) y aparcando casi en nuestra misma calle, en la esquina de Corredera Baja de San Pablo con Loreto y Chicote, pero aquí viene el otro gran inconveniente del uso para nosotros, habitantes del centro centrito centroso de la ciudad: Tardamos cerca de 10 minutos en buscar aparcamiento. Seguramente, si el uso de estos vehículos se extiende, resultará mucho más sencillo encontrar sitio, pero actualmente, es uno de los que considero problemas principales.

Habríamos tardado bastante menos en venir en Taxi, costándonos, quizá, tan sólo 2 euros más de lo que nos habría costado el viaje en car2go, que ascendió a unos 4€ (20 minutos). En autobús habríamos tardado 10 minutos más y nos habría costado (entre los dos) 2,40€, sin preocupaciones de ningún tipo, andando, por cierto, nos habría costado… uy, nada, con tan sólo 15 minutos más, que los podríamos haber recortado al tiempo que le dedicamos al cuidado de la salud, al gimnasio o a cosas parecidas, en bicicleta, salvo muerte ocasionada por la dificultad intrínseca que tiene esta ciudad para circular de esta manera, nos habría costado los gastos de la bici… y el mismo tiempo o, incluso, 5 minutos menos.

En resumen y de momento (seguro que cambiará mucho, pero mucho mucho, con la llegada de los vehículos autodirigidos, que está por despegar de la mano de los google-car y semejantes), mis preferencias para este tipo de transporte por la ciudad viviendo donde yo vivo (esto es crucial, pues no es igual para todo tipo de personas, ni por ubicación, ni por hábitos de vida, etc) son las siguientes:

  • Transporte preferido para distancias menores de 3 Km: Peatón, sin dudarlo. Tardo menos de 30 minutos en ese recorrido, disfruto de una actividad física, intelectual, absolutamente no contaminante y que estimula la comunicación, el disfrute del ahora y reduce los riesgos de accidentes, amén de reducir también el consumo innecesario, incluso, el de gimnasios.
  • Transporte preferido para distancias mayores de 3 km: Metro, salvo las excepciones en las que el autobús cubra la ruta de manera más directa y además no sea horario de alta concentración de tráfico. Poca contaminación urbana (no nos engañemos, el consumo de energía se produce, pero los residuos ocurren o pueden ocurrir a distancia de la ciudad, en las correspondientes centrales térmicas), reducción de riesgos de accidente, alto control del tiempo de llegada para evitar impuntualidades, disponibilidad de tiempo para descansar mientras se lleva a cabo el traslado pertinente e, incluso, posibilidad de concentrarse en la comunicación, aunque sea no verbal, con otros seres humanos en las mismas condiciones.
  • Transporte preferido para urgencias: Taxi, salvo que el flujo de tráfico no lo aconseje como opción haciendo más rápido el transporte bajo la superficie, o que el precio sea excesivo, en cuyo caso pueden barajarse otras alternativas (pero desde el centro de Madrid hay tantas opciones de movilidad que es casi imposible no encontrar otra opción rápida).
  • Transporte preferido para disfrutar de las vistas: Peatón, otra vez, salvo que se deseen recorrer largas distancias, en cuyo caso, en Madrid, está la estupenda opción de los autobuses urbanos (EMT, no confundir con EMT).

¿Cuándo, entonces, usar el car2go?

Bufff… pocas veces, seguramente, será la mejor opción para moverse por la ciudad hacia o desde mi casa, pero es posible que, en alguna ocasión, desde alguno de los destinos donde imparto clases particulares, como la zona de Pirámides, tenga que desplazarme a otra zona de condiciones parecidas, amplias calles, comodidad para aparcar, baja densidad de opciones de transporte público subterráneo directo, dentro de la M30 (restricción que actualmente tiene car2go), etc.

¿Y la bici?

Ni de coña. Sigue pareciéndome un mal transporte para una ciudad como Madrid (todo, por supuesto, de momento), debido a razones urbanísticas, sociales, etc. Ya escribí un artículo sobre el uso de la bicicleta en Madrid y sigo opinando lo mismo: son para irresponsables o para amantes del riesgo. No soy ninguna de las dos cosas.

En conclusión, seguro que este artículo quedará obsoleto en menos de dos años, así que no es importante ninguna conclusión pues en absoluto será concluyente. Y mi capacidad para prever el futuro está bien descrita en mi suposición (hace 20 años) de que los teléfonos móviles no iban a triunfar en España.

La movilidad en las ciudades está cambiando vertiginosamente, se adivinan tiempos en los que los coches privados dejarán de ocupar el enorme espacio que ahora ocupan, que aparecerán nuevas formas más optimizadas de desplazarse por el espacio urbano, que puede que acaben por convertir las ciudades en lugares más agradables y habitables.

Tras ese gran cambio, o simultáneamente, vendrá otro en los trayectos de medio o largo recorrido, convirtiendo la posesión de un coche en algo tan obsoleto como la posesión de una carroza o un caballo, o un CD. Y seguro que veré ese futuro.

Presentación y Recital de Poesía del Libro Red de Versos

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A pesar de que este curso pasado tentado estuve de hacer sólo una versión digital de Red de Versos, que por cierto ha quedado muy bien, también acabamos (ahora ya con mis alumnos y alumnas) por hacer la versión en papel, maquetando, editándola y finalmente presentándola con un recital en uno de los lugares más amables de la geografía cultural madrileña: Librería Menos Diez, en la Calle Espejo, número 5.

¿Hipster o machista?

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Reza el anuncio el siguiente texto:

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Y yo, que cada día soy más superficial, me fijo en que los tres hombres de la imagen (asumo que son hombres, que ya es mucho suponer) llevan barba, una barba hipster, parece, pero las mujeres llevan pelo largo algo modosito y mejillas sonrosadas. Bueno, puede que esté sobrerreaccionando, pero veo en esta imagen cierto sexismo de nuevo cuño, cierto neomachismo, por llamarlo de algún modo, que nada tiene que ver con que existan textos escritos sólo por mujeres, como comentaba ayer, pero sí con esa pasividad ideológica hipster que, carente aparentemente (todo es apariencia) de ideologías o posicionamientos, más allá de los banalmente estéticos, o de diseño, dejan claro que los hombres y las mujeres «no son lo mismo».

Ahí dejo esta pequeña intrascendente reflexión a partir de un icono simplista y que posiblemente no sea tan marcado como quiero ver. Pero no puedo dejar de verlo.

Apagando Fuegos

Como en la vida misma

Oficina de Ideas Libres

Con motivo de la vigésima edición de la revista caminada convocada por Hilario Álvarez y su Oficina de Ideas Libres, a la que fui invitado a participar mediante un correo electrónico el 9 de mayo, respondí diciendo que contase conmigo y que me diese un tiempo estimado de duración de la acción como máximo a lo que me contestó diciendo que, entre otras cosas, si elegía que durase en continuidad, podía ser todo el tiempo que durase la revista.

Me acabé inclinando por esta modalidad, pensando en mi situación actual y en cómo se pasa la vida, como se viene la muerte, que diría Manrique: apagando fuegos.

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Esta expresión, que muy bien simboliza ese tiempo en el que parece que no se hace otra cosa que ir sometiendo las dificultades, apagándolas antes de que se puedan convertir en incendios, si bien, desde su nacimiento, son pequeños incendios que queman nuestras vidas.

Decidí apagar fuegos, para lo que dispuse de una cajetilla de cerillas grande, de las utilizadas en la cocina de gas, con fósforos de unos 3 centímetros de longitud. Había pintado el exterior de la caja con rotulador negro.

El número de cerillas que debía apagar era de 81, pues la vida la podemos medir en «alfabetos» o sus múltiplos.

A lo largo del recorrido debía ir encendiendo y apagando las cerillas, con soplidos, o como fuese menester, sin dramatismo, sin mayor cuestión que la de ir devolviendo las cerillas apagadas a su caja, de la que partieron, pero cabeza abajo, es decir, con la parte ennegrecida en sentido contrario al sentido en el que la parte roja estaba inicialmente.

El obvio final de la caja debía ser el entierro, aunque bien podría servir el abandono en un contenedor, pues los alcorques de los árboles del centro de la ciudad no son adecuados para este menester.

Afortunadamente, en un momento dado del recorrido a punto de terminar la revista caminada, encontramos una saca con tierra para poder llevar a cabo el apropiado entierro de la caja que contenía el conjunto completo de fuegos apagados a lo largo del camino.

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Humo negro

neumáticos ardiendo
en el infierno
es el infierno

neumáticos neumónicos
que arden sin tregua
en la fragua
que se fraguó
años ha

neumáticos imposibles
con alma de chancla
con cuerpo de muerte
con beso de hiel
con labios de plomo
con sueños de olvido
con ansias de masa
con vientos de popa
con humos inhumos

neumáticos sordos
a las regulaciones
a las voluntades
a la entropía
a la felicidad

neumáticos sin otro fin
que el de arder
para ocultar
mutando
su origen
verdaderamente
negro
arraigado en el corazón ansioso de una liberalización mercantil que propone como sostenimiento el insostenible crecimiento egoísta y con alguna que otra consecuencia en forma de humo
negro
muy negro
muy
muy negro

¿Cuánto costaría contar 3.541.653 garbanzos secos manualmente?

En cuanto al apartado de retribución o cálculo económico: he de decir que creí dejar claro que se trataba de una compensación vía un intercambio de tiempo, pero por simplificar, pues siempre es conveniente simplificar, podemos tener en cuenta un precio aproximado de unos 14 € / hora, incluyendo en este cálculo no solo el directamente relacionado con el conteo de garbanzos sino el derivado de la manipulación de la documentación exigida.

14 - garbanzos 2222

Para el salario debido he recurrido al INE que según un informe del año 2010 apuntaba un salario medio anual de 22.790,20 €.
Dividido entre 12, aporta un pago mensual de unos 1900 €/mes.
Repartido ese ingreso en 8 horas diarias y haciendo una aproximación de unos 17 días laborables por mes (incluidas vacaciones y fines de semana) aporta un total de unos 13,97 €/hora, sin incluir impuestos, ni seguridad social, etc.

Fuente consultada del INE: http://www.ine.es/prensa/np741.pdf

El número de horas trabajadas hasta ahora mismo en este empleo ha sido de 5 horas en los días de finales de febrero en dos bloques de unas 3 horas y dos horas, correspondientes a los días 24 y 26 de febrero de 2015 y unas 4 horas hasta ahora mismo a lo largo del día de hoy. En términos puramente eurotizados, esto vendría a significar un coste aproximado de: 9 horas * 13,97 €/hora = 125,73€.

El número de garbanzos contados hasta ahora ha sido de 5474 garbanzos en la primera serie numérica más 3702 garbanzos en la segunda serie numérica, arrojando un total de 9176 garbanzos.

Teniendo en cuenta el precio/hora calculado de acuerdo a esa obsoleta referencia, y la velocidad de conteo actual de garbanzos, se puede obtener una estimación del precio por cada garbanzo: 0,013702049, que podemos redondear a 0,0137 €/garbanzo. Con esta cifra en mente, puedo estimar el coste de contar 3.541.653, en unos 48.527,90 €. (El tiempo que se emplearía será aproximadamente, en base a lo conocido hasta ahora como una velocidad promedio de 1020 garbanzos/hora, en unas 3472,2 horas, que si se disponen en jornadas de 4h/día podría llevar a ser unos 864 días, repartidos en unos 3 semanales, que resulta el tiempo máximo que puedo dedicarle a este trabajo, serían unas 290 semanas, que si estimamos en unas 52 semanas anuales, podemos pensar en un pedido cuya duración rondaría los 5,57 años, sin tener en cuenta bajas médicas ni vacaciones).

No obstante, hay un par de gastos que no se han tenido en cuenta debidos a la mínima cantidad de ocasiones en las que ha sido menester proceder a los mismos y que hago saber para que conste que para cantidades mayores, serían requeridos, como son el coste de almacenamiento de los 3 kilogramos de garbanzos que incluían la cantidad de garbanzos necesaria, así como el coste de los mismos, que no he incluido por considerarlo una minudencia (2,15€) por la que no merece la pena discutir.

Espero haber satisfecho sus peticiones y que las fotografías sean de su agrado.

Un cordial saludo,

Giusseppe Dominguez
Contador (manual) de Garbanzos (secos)

Estimado Giusseppe

16 días mas tarde contestamos su correo referido a este encargo que usted ha tenido a bien realizar con tanto esmero, rigor y entusiasmo

No suele ser esta la norma de La Consulta, dejar que pase tanto tiempo entre un mensaje y otro, pero varias circunstancias han venido a solaparse una sobre otra y los días han ido cabalgando, mejor galopando, unos sobre otros.

Le pedimos disculpas por esta demora al tiempo que agradecemos el cumplimiento tan redondo (valga la doble redundancia) de la tarea.

Comunicarle que desde el momento que nuestro peticionarío recibe su encargo resuelto entra en un nivel de desconcierto del que aún no ha conseguido salir.

La perplejidad es múltiple pero fundamentalmente debida a los costes y cálculos derivados en la operación. Nosotros le hemos dicho que ha sido él efectivamente quien se ha empeñado en establecer una relación económica y que como tal debería asumirla. El remate han sido esos 48.527,90 € resultante del cómputo de los 3.541.653 garbanzos. Nunca se hubiera imaginado tal equivalencia. Es más, nos tralada la pregunta de si será finalmente más caro el cómputo que el coste de la materia prima. ¿Cuanto podrían costar esos 3.541.653 de garbanzos?. ¿Superior o inferior a ese 0,0137 €/garbanzo?. ¿Sería usted capaz de decírnoslo?.

Como el tema se ha complicado mucho desde entonces (no le vamos a cansar con los detalles). Hemos llegado a un punto de negociación que le transmitimos para saber su parecer. El ciudadano estaría dispuesto a pagar 50 euros por el trabajo realizado y los 75,73 euros restantes los asumiriamos nosotros, La Consulta, en concepto de intercambio de tiempo. Es la mejor solución que hemos encontrado ¿La ve factible?

Agradeciendo su dedicación y tiempo
Quedamos a la espera de sus noticias
Atentamente
La Consulta

Apreciados Consultantes,

No es precisa la menor disculpa por la demora que, de otro lado, no ha sido tan extensa.

Comprendo la perplejidad derivada de los costes de conteo garbancil, pero tanto como la perplejidad del número de horas estimadas, o días dedicados a ello, que abarcarían, para la cantidad de los 3.541.653 garbanzos, un total de entre 5 y seis años de mi vida. Lo que no deja de ser tremendo puesto que es asumir un compromiso que no sé si estaría dispuesto a realizar (o capacitado para ello) incluso suponiendo que se procediera al pago del mismo según las cantidades estipuladas.

En ningún momento se ha supuesto, como es natural, la estimación de costes pudiendo externalizar el procedimiento, puesto que se trató siempre de reducir los presupuestos prestados, así como de ofrecer un servicio dedicado, personal y con garantía de, llamémoslo, artesanalidad.

Evidentemente, el coste de la materia prima, no incluido en el cálculo del cómputo estimado en 48.527,90 €, podemos estimarlo, a grosso modo, teniendo en cuenta que se utilizaron unos 2,8 Kg de garbanzos de baja calidad que pueden conseguirse en torno a 1,5€/kilogramo, para la cuenta máxima de 2222 garbanzos, lo que apunta a un coste por garbanzo de: 2,8 Kg X 1,5 €/Kg / 2222 garbanzos = 0,001890189 €/garbanzo, que podemos redondear a un mucho más cómodo 0,0019 €/garbanzo. Con esta aproximación, el coste del material para contar de manera continua sin reutilizar los garbanzos un total de 3.541.653 garbanzos, apunta un resultado estimado de 6729,14 €.

Pero quizá un gasto a tener en cuenta considerable sería, debido a la especulación habida en esta ciudad sobre el precio del suelo, la derivada de la ocupación permanente durante esos 5,57 años de unos metros cuadrados que también podemos aproximar de la manera siguiente: 0,297 cm X 0,21 cm X 2 (DinA4) / 2222 Garbanzos = 0,000056139 metros cuadrados/garbanzo, de modo que 3.541.653 garbanzos ocuparían: 198,8 metros cuadrados, que podrían reducirse, teniendo en cuenta que el grado de amontonamiento aumentaría disminuyendo la superficie ocupada, pero no es esperable que mucho menos que la mitad, lo que conduce a un alquiler de un terreno no menor de 100 metros cuadrados (con suficiente volumen como para albergar los garbanzos mucho más amontonados) durante un periodo de 5,57 años.

Según la información disponible en http://www.abc.es/madrid/20150220/abci-precio-alquiler-piso-madrid-201502191746.html el precio medio de alquiler en la Comunidad de Madrid (y no tendríamos en cuenta los costes derivados del transporte si el lugar elegido no estuviese cercano a mi domicilio actual) es de 9,07 euros por metro cuadrado al mes. Con esta cantidad en mente, el precio de alquiler de un terreno no inferior a 100 metros cuadrados (posiblemente insuficiente para la tarea) durante 5,57 años X 12 meses/año, aporta un total de 60.623,88 €, lo que deja claro que, sea en lo que sea que se trabaje, es mucho más rentable, en estos momentos y en esta comunidad, dedicarse a alquilar viviendas o terrenos que a contar garbanzos, es decir, ser rentista.

En cuanto a la solución que proponen para realizar el abono de dinero en concepto de cuantificación del tiempo dedicado, me parece perfectamente satisfactoria pues cumple a rajatabla, sin intento de negociación mediante, con el presupuesto presentado.

A la espera de sus noticias, les envío un cordial saludo,

Giusseppe Domínguez
Contador (manual) de Garbanzos (secos)

Desesperanza

Llegó al poder de la Comunidad de Madrid con un dudoso proceso postelectoral que ha recibido un nombre «impropio» de Tamayazo, cuando debería haberse llamado «Aguirrazo».
Huye de un control policial arrasando con los municipales.
Adjudica a diestro y siniestro, muy siniestro, obras públicas de gran envergadura.
Participa activamente en el espionaje interno y, presumiblemente, externo de miembros de su partido.
Tiene unas relaciones más que turbias con tesoreros imputados por corrupción institucional.
Por no hablar de otros procesos de tráfico de influencias, tramas mafiosas varias y un sinfín de tejemanejes que no creo que lleguemos a conocer jamás.
Sin embargo:
En mayo de 2015 encabeza la lista más votada en las elecciones municipales de Madrid.
Se postula (imporsonalmente) como una de las líderes del primer partido político de España en número de votos y representación parlamentaria. Partido que, no obstante, sigue siendo ambas cosas.
Continúa ejerciendo un cargo político de envergadura y representando a un enorme sector de la población.

Ahora hemos perdido a Esperanza.
Pero yo hace tiempo que perdí la esperanza.

Quizá alguna vez la recupere. Quizá.
Ahora tocan las Tesis de Abril.
Los Idus de Marzo están a la vuelta de la esquina.

Esto no es una broma