Sobre la mesa
un pendiente pendiente
de su destino.
Haikus
curvas rectangulares
En época de Franco
las curvas
eran rectangulares.
Puede transformarse muy bien en este otro que satisface la innecesaria «versificación» de 5-7-5 sílabas:
Las curvas eran
en época de Franco
rectangulares.
Cruzo los dedos
Podría cruzar los dados
para obtener un siete
en cada cubo.
Es improbable
la perfección.
Podría cruzar las piernas
para obtener un siete
en la postura.
Es muy probable
la imperfección.
Podría cruzar los ojos
para obtener un siete
en cada párpado.
Es improbable
la imperfección.
Podría cruzar las sienes
para obtener un siete
en mi interior.
Es muy probable
la perfección.
Eco
Las mesas limpias
preludio de comienzos,
eco y silencio.
Luz apagada
por la ventana abierta
entra la sombra.
Aquel botijo
sobre la estantería
preside encuentros.
Libros en cajas
ansían encontrar
quienes los lean.
Candelabro
El candelabro
bajo el sol de verano
derrite el tiempo.
Atardecer
Tras las contraventanas
el ruido de la noche
ronda mi almohada.
No hay tiempo
tras un ojo cerrado
por la tormenta
que no acabe en la duda
de la miseria.
Tras las contraventanas
la organización de la guerra
sigue su ritmo.
Algunos recuerdos de la presentación del proyecto Paraguas
El domingo pasado presenté el proyecto Paraguas, tal y como estaba previsto, en uno de los más bellos y delicados espacios de Madrid.
Escribí una breve y muy merecida reseña del lugar en Google, para ayudar a la difusión de uno de los mejores lugares que conozco en esta ciudad:
Madrid Music Hall es dirigido con talento, dedicación, esfuerzo, pero sobre todo con ilusión y amor, por Marta Aranda, quien ha logrado en menos de 2 años convertir una antigua oficina bancaria en una maravillosa escuela de música que además de enriquecer a la población local con cultura, ofrece la oportunidad (muy escasa en esta ciudad) de seguir sus eventos, de organizar eventos artísticos, literarios, musicales… en un Auditorio perfectamente equipado (con piano de cola incluido en el escenario) y diligentemente atendido.
No puedo imaginar un lugar mejor que nace con la voluntad de hacer del mundo un lugar mejor.
Gracias a la organización por su trabajo y auguro felices años venideros llenos de poesía, música, artes y belleza, platónica belleza, de la de «bueno/bello/vero».
No perderse su programación de eventos y cursos. ¡De lo mejor!
Algunas de las fotografías que se hicieron el domingo pasado muestran lo agradable que resulta una presentación en este espacio:
Cartel de presentación de Paraguas
El proyecto ya tiene fecha y lugar de presentación: el 5 de junio del 2022 a las 19:00 en el auditorio de la escuela de música Madrid Music Hall, que dirige Marta Aranda Roig.
He realizado este primer cartel que no acaba de convencerme. Desde luego, es cualquier cosa menos minimalista, como sí que es el libro.
Algo me dice que no será el último y definitivo.
Este es el texto del prólogo del libro, que describe a la perfección en qué consiste, pero no habla demasiado en detalle de las metáforas que me evoca el pensar en paraguas rotos.
Hace más de una década comencé a realizar fotografías de paraguas abandonados por la calle sin la más mínima intervención. Ni los manipulaba, ni editaba las fotografías, ni tan siquiera corregía una posición de los mismos o los rescataba del olvido, del injusto trato con el que alguna persona se había deshecho de ellos.
Ahí estaban, tirados, como llorando en mitad de la calle, en un entorno mayoritariamente urbano, en las proximidades de cubos de basura desbordados por un intento vano de introducir estos elementos en unas papeleras no pensadas para tal fin.
Me acercaba, me detenía, hacía una fotografía, en alguna ocasión más de una, para dejar huella, para dejar constancia del paso por la vida, por la utilidad, de esos enseres rotos, arrancados de su función por una varilla doblada, por una batalla perdida contra el viento, por una repentina mejora del clima.
Ahí quedaban, tras mi retrato, en el velatorio de la calle, en el cementerio de cemento, en la ignominiosa nada, en la desmemoria, tras un fugaz encuentro con una mirada ansiosa de metáforas.
Paraguas rotos.
Tan sólo son paraguas.
Paraguas rotos.
Algo más simple puede que se acabe imponiendo…
A veces me olvido de lo altos que son los árboles
Árboles nube
superan rascacielos
frente a mis ojos.
Coches pequeños
recuerda bajo palio
su minudencia.
Tras las ventanas
hay jardines flotantes
en las miradas.
El cielo azul
rompe punta de lanza
entre el follaje.
La propia esquela
La propia esquela:
nota a pie de página
vida vivida.