Seguidores

instagram

Tengo ya 64 seguidores de una red social que creé para entretener a la hija de un amigo mientras hacíamos la comida allá en Donosti. ¡Qué divertido!

Tengo 64 seguidores que me siguen, digo yo, por tener un par de fotografías en una red social basada en las fotografías… ¡2! ¡2 fotos!

Una de las fotos es una cara tonta y graciosa y la otra la portada de un libro interesante… ¿qué pensarán de mí mis 64 seguidores?

Tengo 64 seguidores que me siguen… pero ¿a dónde?

Hoy son 64 (8×8), lo que le habría gustado a mi querido Eduardo Scala y no deja de sorprenderme a mí, esta cosa tan binaria, tan 2 elevado a 3 dos veces, tan 1000000; ese millón binario

Y ¿cuántos seguidores tendré el día de mañana?

Objetos sin objeto

objeto en patio

El viernes pasado estuve asistiendo a la ¿exposición?… bueno, a la convocatoria sin mucha definición de algo relacionado con los objetos en la performance realizada en El Patio de Martín de los Heros.

Me habían pedido un texto para la ocasión que envié y que hace unas semanas publiqué en este diario: (El objeto.)

Al entrar, me encontré con una impresión del texto que había enviado cuidando hasta el detalle que el punto estuviese en un renglón aparte. Y había otros detalles cuidadosos que, con buena intención y buen corazón tanto Genoveva como Denise habían tenido a bien depositar.

Pero faltaba claridad. Faltaba foco. Faltaba objeto… y sobraban objetos. Si es que alguna vez tuvieron algún sentido.

Personalmente, considero la acción como alejada de lo objetual en tanto a obra en sí. El objeto puede usarse (si no se usa siempre, dependiendo de la definición que se dé de esta palabra) pero de ahí a que su presentación separada de la acción tenga algún sentido es mucho más que cuestionable. Quizá, por qué no, pueda tener un valor referencial, digamos, documentativo, pero no es una pieza (no debería, de hecho, ser vendida o tratada como tal), pues distancia del foco que debe estar situado sobre la idea y, en el más matérico de los casos, en su presentación mediante una acción de la misma.

Ni la fotografía, ni el vídeo, ni el objeto de una performance tienen más valor que el del extintor o la puerta del baño o la tapa del váter.

Como curiosidad, encontré muy divertido un «objeto» que su(b)jetaba otro:

las señoritas de aviñon

Recuerdo una frase de El Cantar del Mío Cid:

Ya por la ciudad de Burgos el Cid Ruy Díaz entró.
Sesenta pendones lleva detrás el Campeador.
Todos salían a verle, niño, mujer y varón,
a las ventanas de Burgos mucha gente se asomó.
¡Cuántos ojos que lloraban de grande que era el dolor!
Y de los labios de todos sale la misma razón:
«¡Que buen vasallo sería si tuviese buen señor!«

Y es que mi sensación es que a quienes ponen en marcha su corazón para lanzar esta propuesta les hace falta conocer un poco más al señor al que han elegido seguir. ¿No habré podido ayudarles?

Volapuk

Hoy me he encontrado con esta palabra que está recogida en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española:

volapuk.(Compuesto deformado del ingl. world, mundo, y speak, hablar). 1. m. Idioma inventado en 1880 por el sacerdote alemán Johan Martin Schleyer con el propósito de que sirviese como lengua universal.

Por supuesto, existe para quien quiera profundizar, su correspondiente entrada en wikipedia, donde se denomina Volapük, donde hay incluso muestras divertidas de este idioma que compitió con el Esperanto hasta que este último acabó por hacerse más «universal» que lo pretendido del primero.

Schleyer publicó un esbozo del volapük en mayo de 1879 en la revista católica Sionsharfe, de la que él era editor. A este primer artículo le siguió, al año siguiente, un libro en alemán. El éxito de la nueva lengua fue prácticamente inmediato.

El primer congreso internacional de volapük tuvo lugar en Friedrichshafen, en 1884, y el segundo en Múnich, en 1887. La lengua empleada en ellos fue el alemán, pero ya en el tercer congreso (París, 1889) el volapük fue la única lengua usada.

[…]

Se estima que en la actualidad sólo hay unas pocas decenas de hablantes del idioma, en su mayoría (si no en su totalidad) esperantistas interesados en la historia de las lenguas artificiales.

El idioma era/es una mezcla de alemán (me gustaría saber cuál, aunque presumo que alto-alemán o alemán estandar), inglés y francés. ¿Casualidad?

Es curioso que en 1885 tuviese lugar la Conferencia de Berlín en la que se acabó de redondear el reparto de África y de los resquicios del planeta entre las hegemónicas naciones imperialistas.

No es que quisieran un lenguaje para entenderlos, sino para hacerse entender… u obedecer.

Es sintomático que el idioma Esperanto tuviese algunas influencias de más lenguas latinas y que tampoco haya terminado de cuajar. ¿No será que necesitamos escuchar antes de obligar a hablar?

Bandera del Esperanto

Y más sintomático aún que las lenguas artificiales cayeran en desuso paulatinamente pues su implementación a nivel global es poco viable.

Más sugerentes parecen los intentos lógicos como:

Lojban (AFI /?lo?ban/) es un idioma construido, más exactamente una lengua lógica, basado en la lógica de primer orden (lógica predicativa) creada por el Logical Language Group en 1987.

Que presta esta traducción tan interesante al artículo primero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:

ro remna cu se jinzi co zifre je simdu’i be le ry. nilselsi’a .e lei ry. selcru .i ry. se menli gi’e se sezmarde .i .ei jeseki’ubo ry. simyzu’e

Prohibir el paro

Me pregunto si no será mucho más sencillo que proponer «minijobs» el considerar delictivas a todas las personas que no están trabajando con un contrato como dios manda.

De esta manera, se lograría alejar esta preocupación de la lista de inquietudes de los españoles y de las españolas.

No acostumbro a ver publicadas las cifras del número de «ilegales» o, más correctamente, indocumentados. Así que la cifra de parados desaparecería en ese olvido informativo, pues todo parado sería un ilegal más.

Lo más temible de este país es que cualquier día este descalabro se convertirá en propuesta gubernamental… no sería de extrañar.

De acuerdo y no

esposa-cocinarQué curioso, estoy de acuerdo al 100% y, sin embargo, no estoy de acuerdo.

Sigue pareciéndome, sutilmente si se quiere, sexista el contenido.

Me pregunto qué pasaría si sustituyo esposa por esposo y sirvienta por sirviente y algo me dice que no suena igual.

Cuando lo leí (hombre que soy) creía que era a mí a quien me preguntaban lo de quieres casarte conmigo… e inmediatamente, tras leer la respuesta, me dije: yo sí que sé lavar, planchar y cocinar (aunque me niegue a planchar, por motivos socioeconómicos ;-)), pero cuando leí la última réplica, me di cuenta de que lo había comprendido al revés.

Se me había pasado el hecho de que quién hace la pregunta es, de habitual, el hombre. ¿Cómo y por qué se me había pasado este detalle?

Y añadí una cosita más, me parecería necesario que si se tratase de un hombre se exigiese que, antes de proponer matrimonio, supiese lavar, planchar, cocinar (incluso coser y cantar). En resumidas cuentas, que fuese un ser independiente y capaz de resolverse sus necesidades domésticas.

Pero aún hay más, ¿por qué limitarlo a las exigencias para un hombre? También para una mujer. Para cualquier persona, independientemente del género, raza, religión, etc.

Y esto entraba un poco a cuestionar lo que venía a decir el mensajito de red social típico/tópico. Así que, por supuesto, no compartí.

Me parece que pierdo demasiado tiempo pensando en naderías en torno a naderías.

Andalucía sin la Ley D’Hont

andalucía sin Dhont

Ya, ya, si dicen que la Ley D’Hont es la bestia parda y algo de cierto hay, pero también es cierto que se vota lo que se vota (suponiendo que no haya tamayazos, claro).

Las elecciones andaluzas han sido así y se pueden ver los resultados con detalle, pero los votantes debemos saber (es nuestra responsabilidad) que votar en un sistema electoral como el que tenemos beneficia a los partidos más votados. Está claro que la muerte del bipartidismo no será tan fácil, pues el sistema actual lo fomenta, pero quedará la responsabilidad última en las manos, también, de unos votantes que no acabamos de darnos cuenta de que necesitamos tomar medidas.

Alguien en una red social comenta:

Como dice mi hermano (y no creo que le falte razón), ha ganado lo que ha querido la tele, porque la maldita caja tonta solo se ha centrado en mostrar a los partidos que ha querido, escondiendo a los otros (algo que ha rozado la ilegalidad o que inluso ha podido ser ilegal). Y, como la gente es gilipollas y sin personalidad, han repetido lo que la tele les ha dicho, y así es como han salido los mismos partidos de mierda de siempre.

Y yo sigo viendo lo mismo: desprestigiamos a «la gente» como si no lo fuésemos, y claro, luego nos da por pensar que «esa gente» ha votado mal… pero esto no es un pensamiento muy «democrático», pues suponer que «la gente es gilipollas y sin personalidad» es el primer paso para justificar una dictadura o cualquier tipo de gobierno de unos pocos (cualificados por vaya usted a saber qué razón).

Por cierto, a pesar de la ley malévola (dicen que injusta pero no lo tengo tan claro, simplemente no beneficia a quienes obtienen menos votos, pero bien podrían ser el PP, o el PSOE, como me encantaría que sucediera de una maldita vez) el parlamento andaluz estaría en manos del PSOE y el PP fundamentalmente. El mismo tipo de acuerdos se tendrían que hacer… no cambiaría mucho, más allá de cierta repercusión en la financiación muy importante de cara al futuro.

Con L’Hont:

Parlamento_de_Andalucía_(2015).svg

Ayer descubrí WhatsApp Web

Es una forma interesantísima de utilizar WhatsApp.

La app de mensajería por excelencia de la era smartphone, ha desarrollado un avance singular que siempre eché en falta: una aplicación web que permite acceder a la app de manera que se puedan enviar mensajes desde cualquier ordenador, o cualquier dispositivo, que tenga un teclado y un navegador.

Esto la convierte en la herramienta idónea para seguir comunicándose con quienes están en esta modernez de smartphonelandia y tienen una conexión a Internet (se puede no tener ¿!!?) desde casa mientras se trabaja, por ejemplo.

Es posible que el problema sea esta misma onmipresente disponibilidad de la app, que puede conllevar una agobiante sobrecarga de mensajes innecesarios en momentos en los que se requiera concentración o «enfoque».

Esto, de nuevo, me lleva a cierta necesidad que cada día veo más acuaciante de diferenciar el uso profesional que se hace de la telefonía y las redes en general de telecomunicaciones y el uso personal que se hace de las mismas.

Es decir, quiero poder recibir un mensaje de whatsapp de un alumno mientras estoy trabajando, pues sé que lo que quiere decirme puede ser «urgente» o requerir mi intervención, o informarme de algo que puedo querer saber con prontitud, pero, por el contrario, durante esa parte de mi tiempo, puedo querer estar desconectado (salvo emergencias) de mensajes de amigas o familia.

También (durante las vacaciones o fiestas de guardar y en otras franjas horarias) puede darse justo la situación contraria: no estar para el trabajo y sí para los amigos íntimos o la familia.

Surge más de un problema cuando ambos círculos se mezclan, como suele ser habitual, pero al menos es minimizar el problema a algún tipo de intersección y no a una maximalista unión de conjuntos que acaba por englobar al mundo mundial.

De momento, mientras no sea demasiado molesto, estoy contento de haber descubierto la posibilidad de usar WhatsApp vía Web y haberla estrenado con unos mensajes a mi querida Aída B.

Himpar

Ayer, leyendo el diccionario, he encontrado esta palabra y estoy asombrado de que exista. Me hace tanta gracia saber que hay palabras inverosímiles en esa compilación de más de 2200 páginas…


FORMAS NO PERSONALES

Infinitivo

himpar

Participio

himpado

Gerundio

himpando

INDICATIVO
SUBJUNTIVO

Presente

himpo
himpas / himpás
himpa
himpamos
himpáis / himpan
himpan

Futuro simple o Futuro

himparé
himparás
himpará
himparemos
himparéis / himparán
himparán

Presente

himpe
himpes
himpe
himpemos
himpéis / himpen
himpen

Pretérito imperfecto o Copretérito

himpaba
himpabas
himpaba
himpábamos
himpabais / himpaban
himpaban

Condicional simple o Pospretérito

himparía
himparías
himparía
himparíamos
himparíais / himparían
himparían

Pretérito imperfecto o Pretérito

himpara o himpase
himparas o himpases
himpara o himpase
himpáramos o himpásemos
himparais o himpaseis / himparan o himpasen
himparan o himpasen

Pretérito perfecto simple o Pretérito

himpé
himpaste
himpó
himpamos
himpasteis / himparon
himparon

Futuro simple o Futuro

himpare
himpares
himpare
himpáremos
himpareis / himparen
himparen

IMPERATIVO
himpa (tú) / himpá (vos)
himpad (vosotros) / himpen (ustedes)

Identidad de Euler

Se llama identidad de Euler a un caso especial de la fórmula desarrollada por Leonhard Euler, notable por relacionar cinco números muy utilizados en la historia de las matemáticas y que pertenecen a distintas ramas de la misma:

ideuler

Hoy hablaba con alguien a quien admiro mucho de esta fórmula o identidad que relaciona estos números tan diferentes y tan singulares y le contaba mi interés por una extensión de los conjuntos de números (omitiendo el dato de que el conjunto de los números complejos sea un cuerpo algebraicamente cerrado) que incluyese otros «conceptos» que no cupiesen dentro del conjunto de números ya no reales ni imaginarios, sino poéticos, por encima de la complejidad y de la completitud.

Intentaba acordarme de esta identidad y de esas divertidas curiosidades o propiedades matemáticas que convierten el número π (PI) en el contenedor posible de todas las combinaciones concebibles de otros números.

Ahora me pregunto ¿Contiene el número PI al número e? ¿Es posible responder a esta pregunta?

Y con eso me quedo.

¡Por dios santo!

Sí, si quieres cambiar el mundo desde el lenguaje, tienes que dejar de usar esta expresión si buscas un país laico.

Tampoco uses aDios, pues deriva de lo mismo.

Tampoco uses anímate, pues das a entender que crees en el alma.

Y podría seguir y seguir.

Ni se te ocurra festejar un domingo (día del Dominus…).

Ay, qué superficial es cambiar el mundo cambiando el léxico del lenguaje. Aprende, sin embargo, a cambiar la semántica y verás cómo, poderosamente, el mundo ha cambiado de repente.

Esto no es una broma