El té de cada día

Cada día tomo varias infusiones de diversos colores y sabores:

Té negro con cardamomo.
Té paquistaní (un tipo de té negro aromatizado) con un chorreoncito de leche.
Té verde de jazmín.
Infusión de jengibre con canela, cardamomo, tomillo y clavo.
Infusión de manzanilla con anís estrellado.
Infusión de jengibre con limón.

En ocasiones té blanco. Otros tés verdes, como el marroquí con hierbabuena o menta en verano, por ejemplo… así que mi vida gira en torno a tazas de té, infusores, teteras, agua hirviendo, vapor, algún edulcorante cada vez más en disminución (miel de romero para el jengibre y la manzanilla, principalmente).

He llegado a pensar en adquirir tazas para próximos proyectos y personalizarlas, utilizarlas a modo de «lienzo» sobre el que escribir poemas, o dibujar o…

De momento y no es casualidad, en la presentación de mañana del Proyecto !ç~ñ¿.# expongo varias tazas diseñadas para la ocasión.

Paradoja o Contradicción

Cómo no pensar si hay una contradicción entre la solución evacuante necesaria para realizar una preparación a una colonoscopia y, al mismo tiempo, beber de agua guardada en una botella que dice «Relájate y tómate tu tiempo».

Hube de tomarme el tiempo de unas 5 horas seguidas para beber 16 sobres que había que ingerir disueltos a 15 minutos cada uno, lo que habría dado un tiempo ideal de 4 horas (16 x 1/4). No fue relajante. O sí. Quizá más de lo esperable. ¿Se lo deberé al mensaje de la botella?

Esto no es una broma