Donar, plantar, ceder…

Los madrileños ya pueden plantar o donar árboles con el proyecto Replanta Madrid

¡Qué buena noticia! Ya podemos donar, plantar, etc… los madrileños por nuestra cuenta, así, sin planes municipales, sin más que una pala y una semillita… lo que viene siendo ordinariamente: «plantar un pino».

Veo a un montón de hombres (hombres de los de traje azul y corbata…) haciendo un paripé de fotografías y plantíos y pienso en las últimas elecciones autonómicas y me da verdadero asco, por no decir pavor, la sensación de que admitamos como algo bueno la dejación de responsabilidad, la falta de interés por la actividad pública a la que deberían dedicarse…

Y hay que aplaudir la iniciativa, claro que sí.

Pues yo no lo hago.

Bajo este aparentemente buen proyecto se esconde una privatización paulatina de la gestión pública, de la asistencia social, de la gestión medioambiental, de la educación…

Y es que de un tiempo a esta parte ha proliferado el número de personas (voluntarias o cobrando sueldos que no quiero imaginar) que se dedican a solicitar la participación económica de la ciudadanía en diferentes ONGs, ya sea del cuidado de niños y niñas, para salvar el planeta del cambio climático, para evitar los bombardeos en según qué regiones del mundo o para cualquier otra cosa de la que, sin voluntad política, se deposita la responsabilidad casi única en la buena voluntad (en actos caritativos) de la buena gente que pueda con su dinero privadamente aportar un granito de arena para ayudar a paliar los problemas… que en ningún caso se plantea resolver.

Es decir, se ha decidido que los problemas están ahí para quedarse, que no se va a buscar soluciones ni a evitarlos, sino que se va a buscar la manera de morir más dignamente… y, por supuesto, pagándolo privadamente aquellas personas capacitadas.

No puedo compartir esa euforia por proyectos como este que los lleva a cabo el ayuntamiento que ha decidido tumbar la propuesta más ecológica que ha tenido Madrid en décadas (Madrid Central) por un absurdo defecto de forma y con un objetivo claramente electoralista.

Pero las elecciones autonómicas dicen que la gente prefiere ese modelo, así que sean esas personas, quienes apuestan por ese modelo neoliberal, quienes aporten a las caritativas limosnas para las personitas que lo están pasando mal… como consecuencia del modelo neoliberal.

Yo me bajo de esa moto. Aun a sabiendas de que hay urgentes necesidades de colectivos que no tienen otra forma de abordarlo. Lo sé, pero ya no quiero formar parte de esta ciudad… casi ni quiero…

Cuando el diablo no sabe qué hacer con el rabo mata moscas

Dice el dicho.

Y yo me dedico a ver las tripas de una web como si no hubiese nada importante que hacer.
Quizá porque nada de lo que últimamente hago me parece importante.
Quizá porque nada me parece importante.
Quizá.

Hoy mi alumna Kay Woo, de quien tanto aprendo, nos ha presentado su preciosa web nueva https://www.kaywooart.com/ y me he puesto a curiosear sus entresijos, que lo ha hecho más difícil de lo normal con la típica obstrucción a la utilización del botón derecho del ratón, posiblemente con intención de que no se pueda descargar imágenes o similar, pero ya sabemos que eso siempre me resulta un reto, así que he descargado algunas de sus páginas para ver de qué manera lo impedían, esperando encontrar en el código algunas pistas de cómo estaba hecha.

Curiosamente, no era otra plantilla de wordpress, de las que tanto abundan, casi hasta en más de un tercio de mi propia web, sino que no podía identificar claramente cómo estaba hecha (salvo que usaba mucho javascript paquetizado) y lo único que he visto para saber de dónde provenía era un dominio al que se hacía referencia de cuando en cuando llamado cloudfront.net, que parece ser que tiene algo que ver con AWS CloudFront, pero puede que no sea propiedad de Amazon, sino tan solo algún tipo de herramienta compartida por ambos.

Pues según Kay estaba hecha en una plataforma denominada Portfoliobox que he de reconocer que tiene una pinta estupenda para plantillas sofisticadas y sencillas al mismo tiempo.

Lo que está claro es que los tiempos de programar webs (si es que alguna vez se llamó así) han muerto completamente en aras de plantillas más o menos personalizables que permiten hacer verdaderas virguerías como la elegantísima web de Kay Woo sin las complejidades innecesarias de bregar con programadores, codificaciones, etc… que dan más problemas que ventajas, por mucho que yo siga siendo un dinosaurio de la vieja guardia y renuncie a hacerlas si no es vía VI sobre Linux…

¡Ay, cuánta torpeza hay en la nostalgia o la cabezonería!

Crema poética

Me llega esta publicidad indeseada al correo electrónico, lo que para abreviar se denomina spam y me incita a producir alteraciones que modifiquen esa protéica cualidad (que no llevaría tilde) por otras palabras mucho más simpáticas.

Nuevo Dofit con crema protéica
y hasta 15% de proteína
Delicioso, Fit y muy Nutritivo

Crema poética.
Crema profética.
Crema política.
Crema polifacética.
Crema probética.
Crema probélica.
Crema poliédrica.

Y cada una de ellas me parece mucho más sugerentes que esa simple referencia a esos aminoácidos creciditos…

Colores de papel

El papel
refleja la luz
que golpea protones insatisfechos
en mitad de un vacío lleno de todo.

Los fotones incidentes
imponen su lluvia de fuego
ante la imposible barrera
de electrones.

No son más que ondas.
No son más que partículas.
Casi no son por no definirse.

Pero ahí están
aunque ese ahí sea tan esquivo
como la nieve del monte Fuji.

El té va enfriándose a mi lado
con browniana agitación
y unas estrellas estampadas sobre la taza
me recuerdan que yo quería hablar
de los colores de las cartulinas
con las que emprender las cubiertas
de los próximos libros
y de lo ridículo que me siento
por pensar que algo así importa.

Nada.
Nada importa.

Pero no saber elegir una buena portada
me obsesiona.

todo o nada

¿Qué sentido tiene todo?
o
¿Qué sentido tiene nada?

Cambiar todo por nada.
Cambiar nada por todo.
Nada es todo.
Todo es nada.
Dada es todo.
Dada es nada.
Dada dadá una nada del todo.
Dada dadá un todo de la nada.

Y vocales que bailan.
Y vocales que gimen.
Y vocales que hablan.
Y vocales que mueren.
Y vocales …

td
nd
oo
aa

Úselas a discreción
indiscriminadamente.

Errores

Ya había errores en el pasado
de este diario verborreico
cuyo único propósito es gritar
en el silencio de una pantalla.

Grito blanco sobre negro.

Aullido sin intensidad.

Ya había errores y eran menos temibles
o yo tenía menos miedo
que resulta mucho más verosímil.

No sé cuáles eran los errores
y no sé cuáles son ahora:
el error soy yo.

No son números de cuenta en una declaración de la renta.
No son unas elecciones convocadas sin vergüenza.
No son pensar que todos los políticos son iguales.
No son organizar clases presenciales para público inasistente.
No son agujeros de gusano en la morera.
No son errores: es la vida.

Quizá por ello…

La poesía es un arma cargada de futuro

Gabriel Celaya
«La poesia es un arma cargada de futuro»

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

Amapolas en el Cráter: Episodio 045

Programa *Amapolas en el Cráter*.

*20 minutos de voces habitando el espacio sonoro con poesía*. Poema de poemas propios o ajenos, fragmentados o completos. Textos recitados por poetas de los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la *Asociación Cultural Clave 53*. Te esperamos con nuevos episodios de Amapolas en el Cráter en nuestra web (*clave53.org*)

En este episodio han participado:

  • María Jesús Orella
  • Susana Olalla Serra
  • Giusseppe Domínguez
  • Lucía Herrero
  • JMariano Velázquez
  • Armando Silles McLauney
  • Isabel Jiménez
  • Javier Jiménez

https://anchor.fm/clave53/episodes/Amapola-045-e10c93a

Esto no es una broma