Maestro, tengo un problema.

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Está claro que el mensajito tontuno abunda en las redes sociales (este u otro), pero que nadie se pare a pensarlos, a leerlos con profundidad, me parece algo inadecuado.

Más allá de que nunca me ha caído bien el Jodorowsky y su oportunismo marquetiniano, su chamanismo de andar por casa y su literatura de autoayuda que, eso sí, nunca es barata… me paro a leer línea a línea:

Maestro (ya empezamos mal), tengo un problema (¿problema? ¿uno? ¿tengo?) con mi hijo (…):

Ni quienes damos clases deberíamos ser llamados maestros, pues implica cierta posición de poder (maestro=master, amo), ni se puede suponer que los problemas «se tengan», ni mucho menos que quien lo tiene sea el padre, pues quien verdaderamente lo tendría (supuesto que se pudiera) sería el hijo, ni está claro que sea sólo uno (y no trino ;-)), un único «problema».

Con esto, que no es más que el comienzo del primer párrafo, ya he pasado unos segundos pensando… y algunos más comentándolo en este estúpido diario solitario.

No sigo palabra por palabra, pero mi mente sigue haciéndolo (notas, colegio, alta calificación…).

Este primer párrafo, inmediatamente, lo invierto o conmuto para ver si sería igual la reacción de quienes lo publican:

[…] alta calificación en matemáticas y pésima en dibujo.

– ¡Lo pondré de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de dibujo!

Jodocosa: – Necio, ponlo de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de matemáticas.

Pero ya el último párrafo, esa coletilla moralista y utilitarista me parece el remate del absurdo:

¿De verdad que todos servimos para algo? ¿Y ese algo no es lo mismo?

¿A nadie le suena esta última frase a repartición de roles preasignados en la sociedad?, en una sociedad ya no estratificada, sino directamente de castas, como la más tradicional de las hindúes, donde hay quienes sirven para la religión, quienes sirven para la guerra, quienes sirven para el comercio, etc.

A mí, que me paso la vida cuestionándome ¿Para qué sirvo? me parece de una vacuidad tal esta frase que ya sólo por ella no leería nada más de este Jod-ido.

Pero la pregunta no importa, el pensamiento crítico, la duda, es algo del pasado, lo importante es la respuesta, el saber, el saberlo todo… hay que ser más listo, más y más algo, el mejor dibujante o el mejor matemático… el más, el más… para conseguir el éxito.

Porque de eso se trata, de éxito, de ser el más, el que va a procrear, el que se quedará como líder de la manada, el que transmitirá su superioridad a la progenie.

Y a mí que sigue interesándome, con más o menos dolor agudo en las articulaciones, el fracaso…

Capturas de pantalla

He encontrado la manera de capturar la pantalla de mi nuevo y flamante teléfono móvil, lo que en realidad no sirve de mucho, salvo para demostrar que todo lo que puedo ver puedo copiarlo…

De momento, es una utilidad inútil, paradójica, por tanto, que me permite saber de qué manera tengo ubicados los iconos en la pequeña pantalla… lo que no tiene la más mínima importancia, por otro lado.

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El mismo poema

Leo el mismo poema una y otra vez
como si no hubiese otro
y no alcanzo a leer más allá del final
del poema que acabo de leer una y otra vez.

Lo leo sin pasión
pues ya murió en la lectura número 24.564.759
y no hay forma de recuperarla
aunque crea que la pasión no termina nunca
e intente leer el poema una vez más, 86.365 veces más, 2 veces más.

El poema me posee en todo su esplendor
sin dejarme salir de sus versos obtusos
y atándome a su fútil destino
una
y otra
vez.

No puedo escapar
no hay manera de huir
no hay salida.

Leo una última vez el mismo poema una y otra vez
sin parar
sin hacer tan siquiera una pausa al final del último verso
que dice que el poema ha terminado.

Lo leo y lo olvido.
No deja huella en mí
pero me hace
me crea
y ya no me recrea.

Leo un poema una y otra vez
y nunca es el mismo poema
y siempre es el mismo poema
una
y otra
vez.

La única escapatoria es el suicidio
esa puerta rápida al infierno
que desbarajusta el orden de las cosas.

Pero leo
y he de seguir leyendo
y tengo que leer una vez más
ese maldito poema
que me mantiene con vida.

Laboratorio de Experimentos Poéticos

laboratorioA partir de mayo y hasta fin de junio, los miércoles a las 20:30 (hasta las 22:00) propongo un Laboratorio de Experimentos Poéticos.

Mezclaremos poemas (quizá preescritos) con tecnología o diversos formatos inusuales.

Será un laboratorio gratuito y abierto.

Cada cual podrá experimentar con lo que desee, incluso, de este modo, podremos aportarnos propuestas que no se nos hubiesen ocurrido independientemente. (Se participará en la cofinanciación del espacio con una cantidad proporcional al coste de la sala e inversamente proporcional al número de asistentes, vaya, lo que se conoce como «pagar la sala entre todos»).

No se trata de un taller en el que yo vaya a ejercer las funciones de coordinador.
No se trata, necesariamente, de un lugar para «escribir» poesía, sino para explorar nuevos formatos para realizarla.
No habrá lecturas (salvo puntuales, si alguien lo desea).

El futuro de los «productos» cocinados en el laboratorio dependerá de lo que deseemos hacer con ellos, por consenso.

Espero que os apetezca esta aventura poética.

Los detalles de dirección y horario son:

Costanilla de los Ángeles, 2, Escalera Izquierda, 1º Derecha.
Miércoles de mayo y junio de 2016 a las 20:30 horas.

Silencio administrativo

tras años de contacto
silencio administrativo
tras décadas de dedicación
silencio administrativo
tras confianzas vertidas
silencio administrativo
tras eventos y celebraciones
silencio administrativo
tras poemas al oído
silencio administrativo
tras compartir ilusión
silencio administrativo
tras tras tras tras
silencio administrativo
silencio

silencio.

La tecnología produce monstruos

incapaces de organizarse sin un smart-phone
que nos permita dejar de ser smart

incapaces de organizarse sin un calendar
que nos permita dejar de ser puntuales

incapaces de organizarse sin un whatsapp
que nos permita dejar de ser previsores

incapaces de organizarse sin un face-book
que nos permita dejar de ser privados

incapaces de organizarse sin un icono
que nos permita dejar de ser lectores

incapaces de organizarse sin un instante
que nos permita dejar de ser detallistas.

Captura de pantalla de 2016-04-21 12:19:48

Descontexto

descontexto

El descontexto de la publicidad en los medios de información online (en los de papel es más separable) es tan flagrante que, en ocasiones, produce monstruos. Esos monstruos somos nosotros, lectores, que acabamos teniendo tal insensibilidad como para no ser capaces de percibir ambas informaciones como algo completamente diferente, más allá de la intención racional que tengamos de hacerlo.

A veces me pregunto si no será intencionado.

Fuyu-Han

Fuyu-Han

Tentativa familia o agrupación suprafamiliar que incluiría las lenguas coreánicas y las diversas lenguas japónicas, así como sus antepasadas.

Proponer una clasificación interna de una familia de lenguas consiste en elegir de entre las varias existentes así como intentar sintetizar en una sola la información que aparece en diversas y, en ocasiones, divergentes fuentes.

Si además tenemos en cuenta que las lenguas de Corea (en particular el coreano) y las japónicas (en particular el japonés) son tradicionalmente consideradas en el ámbito académico lenguas aisladas y con razón pues lo demás sería, como en este caso, especulativo, entonces se convierte en una especie de aventura a lo desconocido, en guerra preventiva que sé que no podría mantener, en instigación a la investigación por cobardía para dedicar mi vida a esta segunda actividad, en ejercicio mental inútil, en cierto modo.

Pero no por ello voy a dejar de hacerlo.

Faltaría más.

Ya lo hice en el caso de la propuesta Rama Balcánica de las lenguas Indoeuropeas, donde me atreví a relacionar las lenguas albanesa, la tracia, la armenia, la iliria y la(s) griega(s), pero incluso en esta ocasión parece mucho más aventurado, por no decir que la inexistencia de material en español me complica la vida de manera exagerada.

Esto no es una broma