Los muertos

los muertos del silencio
los muertos de la salinidad
los muertos del solsticio de primavera
los muertos de la sinceridad
los muertos del sinsabor
los muertos de la sabana
los muertos del suplicamento
los muertos de la sotana
los muertos del séquito de dios
los muertos de la sábana santa
los muertos del significado
los muertos de la significación
los muertos del soportal ciego
los muertos de la súbita marea negra
los muertos del sabor
los muertos de la suntuosidad
los muertos del sol
los muertos de la soluna

Tallarines con verduras

Es uno de los platos recurrentes de nuestra alimentación. Sencillo aunque medianamente laborioso.

Ingredientes para 2 personas:

aceite de oliva y una cucharada de mantequilla
dos dientes de ajo
una cebolla
media berenjena
medio calabacín
un pimiento italiano
un par de tomates maduros
un par de zanahorias medianas
una cucharada de harina
una hoja de laurel, orégano, sal y pimienta
y
por supuesto
doscientos cincuenta gramos de tallarines
(en esta ocasión, fueron de esos «nidos» de tallarines de espinacas que tienen menos de un 1% de espinaca, pero son verdes)

Preparación

En una olla se pone agua abundante a cocer con una hoja de laurel, una cucharada de sal colmada y otra de mantequilla (yo usé margarina).
Cuando esté hirviendo, se añade la pasta y se cuece el tiempo que precise. No pasarse, que luego puede que le toque esperar y sigue «reblandeciéndose», así que mejor que quede bastante «al dente» aunque a los hispanos no nos acabe de gustar la pasta así y los italianos nos maldigan por ello.

Mientras tanto, en una gran sartén, hacemos un sofrito con lo demás añadiéndolo en el siguiente orden:

(Aceite, sin pasarse pero sin quedarse cortos, que luego la berenjena lo absorberá todo)
Primero dos dientes de ajo laminados.
Antes de que estén tostados se añade la media berenjena cortada por la mitad longitudinalmente y luego cada mitad otra vez por la mitad. Estas cuatro cuartas partes longitudinales de media berenjena se cortan transversalmente de manera que vayan quedando cuatro sectores circulares cada vez.

Cortamos la cebolla. La añadimos a la berenjena sofriéndose.

Siempre mientras tanto… cortamos de la misma manera que la berenjena la mitad de calabacín. Cuando la berenjena absorba casi todo el aceite de la sartén, añadimos el calabacín y lo dejamos un poco absorber el vapor antes de remover.

Preferible no pelar las verduras, salvo las zanahorias, las cebollas y los ajos. Pero asegurarse de lavarlas bien, por aquello de los posibles contaminantes, de los matabichos, etc.

Siempre mientras tanto… pelamos las zanahorias y cortamos el pimiento. Cortamos las zanahorias en círculos de escaso grosor. O sea, finas láminas. Cortamos la pareja de tomates en tacos pequeños de unos 3 centímetros cúbicos cada uno, como máximo.

Echamos el pimiento cortado al sofrito. Esperamos a que se reblandezca con el vapor de lo que vaya haciéndose y luego removemos.
Echamos las zanahorias cortadas al sofrito. Esperamos a que se reblandezcan con el vapor de lo que vaya haciéndose y luego removemos.
Echamos los tomates cortados al sofrito. Esperamos a que se reblandezcan con el vapor de lo que vaya haciéndose y luego removemos.
Un poquito de sal y una chispita (je) de azúcar.

Es posible que, para este momento, la pasta esté en su punto, así que escurrimos (NO LAVAMOS) y reservamos parte del agua de la cocción.

Cuando el sofrito esté más o menos en su punto, que es cuando el tomate ha soltado todo su juguito y se ha deshecho, añadimos la cucharada de harina asegurándonos bien de remover para que no se pegue.
Vertemos un vasito de la cocción de la pasta y dejamos que se mezcle bien.

Unimos la pasta y el sofrito en el recipiente más adecuado y, si es necesario, añadimos un poquito más del agua de la cocción, lo que facilitará la adsorción del sofrito a la pasta que se agradece que sea tallarín para tener superficie plana considerable.

Servimos caliente espolvoreando con un puñadito de orégano y pimienta que moleremos sobre el plato para que esté más fresca.

Y a comer.

Actualízate

Desde ayer, Facebook ha decidido que el soporte para mi navegador es inadecuado, diciéndome que:

Para mejorar tu experiencia en Facebook, cambia a nuestro sitio básico o actualiza tu navegador.

Hasta aquí todo bien, al fin y al cabo es comprensible que no deseen realizar una aplicación web que dé soporte a todas y cada una de las posibles combinaciones de navegación que hay ahora mismo en manos de los internautas.

Pero cuando voy a ver la página que tienen para que me descargue un navegador «compatible» con su web, me doy cuenta de que la discriminación es por otro motivo:

Dado que yo tengo Chrome (entre otros) me sorprende que esté entre los navegadores soportados, no me queda duda que el problema es porque uso linux. Ah. Ahí está el problema. Parece que cuando me desaconsejó utilizar Chromium (la versión de Chrome para Linux de código abierto) por este mismo motivo y me pasé a Chrome no fue suficiente.

Barajo utilizar Firefox para esto de la red social, pero ya le estaba dando otros usos. Quizá sea una buena idea alejar esa actividad de las que ahora estoy realizando con Chrome, sin que proteste, como es Whatsapp-Web, Airdroid, este diario, la gestión del calendario (de Google), Wikipedia, Cuentas de correo electrónico y bancarias, alguna que otra compra online…

Por supuesto, aprovechan para recordarme que:

Descarga Facebook en tu celular
Mantente conectado en cualquier momento y en cualquier lugar.

Y eso sí que no lo van a lograr. Hace años que desinstalé las aplicaciones de redes sociales (FB/Twr/Inst…) de mi móvil y eso sí que no va a volver. Es muchísimo más relajado saber que, de cuando en cuando, puedo estar desconectado… jejejeje, para conectar con personas a quienes quiero y están lejos, familiares, amigas, etc. Como si tuviese un teléfono. 😉

Bueno, no es un problema al que dedicarle más de media hora para resolver. De momento, trataré de ignorar el mensaje en la parte superior de la navegación en Fb. Después, usaré Firefox, si es que no da problema por correr sobre un flamante Linux Mint, por último, si esto no es suficiente… ¡A tomar por culo!

Y punto pelota.

El correo electrónico

Desde hace casi 30 años tengo correo electrónico.
Y desde entonces tengo obsesión por guardar copias del mismo, aunque claramente cada día es más absurdo guardarlo, teniendo en cuenta que la mayoría de las comunicaciones las realizo mediante otros medios de los que no almaceno los mensajes.

Pero así sigo.

Hoy he realizado una copia de seguridad debido a que tuve algunos problemas al renombrar una carpeta lo que me generó un pequeño, intrascendente, problema de incompatibilidad (era un nombre que la aplicación que actualmente utilizo para consultar mi correo electrónico utilizaba para una de las cuentas POP3 que gestiono).

Casi creí haber perdido los mensajes, pero al menos sabía que estaban en texto plano, así que no era tan grave como podía ser.

Volviendo a renombrar lo necesario y cambiando algunas cosillas internas de archivos «ocultos», conseguí que volviese a funcionarme como deseaba. Ya de paso, aproveché para depurar las reglas de filtrado de mensajes, algunas de las cuales estaban desfasadas y se ejecutaban sin necesidad, reduciendo la eficacia de la recepción de mi correo.

Utilizo, actualmente, Mozzilla Thunderbird 45.7.0 sobre Linux Mint, después de que este programa absorbiera a mi querido Eudora.

Pero los tiempos cambian y el día de mañana, más que probable, el correo electrónico será un recuerdo, cosas de los viejos tiempos (valga la redundancia). Mientras tanto, seguiré haciendo copias de seguridad.

😉

sinsentido

Estoy pensando en escribir un libro cuando la noche no aparece en lontananza y aquellas personas que se pierden por Ciudad Real viajan a lugares insospechados, sin embargo, he de reconocer que la no, la noche más larga, ha sido aquella en la que cualquier humano, cuando un humano… no sé cómo acabar las frases en las que aparece la palabra humano, ser humano o no ser humano that is the question; es mejor pensar en otra cosa antes que seguir insistiendo en la misma porque todo esto no es más que una locura sin principio ni fin cuándo se empieza a hablar sin saber qué c****** se va a decir o qué c*** se va decir, tuvo, acaba por ser un despropósito sin sentido y es muy gracioso como hasta un maldito programita de interpretación de texto oral acaba por entender que c****** no se puede decir y qué c*** tampoco se puede decir y me toca las… narices.

Recibido al dictado improvisado de la web https://talktyper.com/es/

Palimpsesto: Metáforas viscerales

No soy poeta de metáforas viscerales
pero noto una opresión
a unos tres centímetros a la izquierda
del esternón
aproximadamente entre el frente
y la espalda.

Una opresión que podríamos calificar de muscular
incluso sin saber lo que hay dentro de esta cavidad
denominada tórax
cuyo nombre deriva del latín
a su vez de un vocablo griego más arcaico
que significa coraza.

Siento que la expasión de la región intracostillar
está inhibida en cada inhalación
cuando ella está en casa.

Apatía de la musculatura intercostal
asternales decaídas en depresión hacia flotantes
y un diafragma inervado por frénicos de duelo
sofoco
con sensación de opresión en la región torácica o abdominal.

Podría decir (sencillamente)
que me duele el corazón de verla así
que se me encoje el alma
ánima de cañón con pólvora de silencios
que la angustia me hiere
que me puede su mal.

Pero el silencio impuesto en aras de la calma
está cerrando el paso a la voz de dolor
al grito sano
y se me pudre dentro
la contención prudente de un millar de miserias
y sus manos buscando el pomo de una puerta.

Esto no es una broma